Cuando una puerta se cierre
Hoy, no podemos darnos por vencidos.
Si una puerta se cierra; es posible reiniciar si tenemos la capacidad de: No desesperarnos, no perder la atención y desistir. Así otra puerta se puede abrir.
¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún he de alabarlo, ¡Salvación mía y Dios mío!
Salmos 42:11.
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