Cuando nos vemos en peligro; buscamos un refugio, buscamos donde guardarnos, donde protegernos.
Como humanos construimos refugios; pero no son seguros. Un refugio seguro es Dios. Si necesitamos protección; en Él lo encontramos. Dios tiene el control de cualquier situación que veamos como amenaza.
“Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos” . . .
“Me libró de mi poderoso enemigo y de los que me aborrecían, pues eran más fuertes que yo” . . . (Salmos 18: 1-50).