DOMINGO 06 DE NOVIEMBRE
UNA TUMBA SELLADA
La misión de Cristo parecía haber terminado (y hasta sonaba a fracaso) con su muerte en la Cruz. Satanás logró instigar a Judas a que traicionara al Salvador (Luc. 22:3, 4; Juan 13:26, 27); y a los principales sacerdotes y ancianos, para que exigieran su muerte (Mat. 26:59; 27:20). Después de que arrestaron a Jesús, “todos los discípulos, dejándole, huyeron” (Mat. 26:56); y Pedro lo negó tres veces (Mat. 26:69-75). Ahora Jesús yacía en una tumba cavada en una roca, cerrada con una piedra grande y sellada, protegida por guardias romanos (Mat. 27:57-66) y vigilada por poderes demoníacos invisibles. “Si hubiera podido, [Satanás] habría mantenido a Cristo encerrado en la tumba” (MR 12:12).

Durante su ministerio terrenal, Cristo había predicho no solo su muerte en la Cruz, sino también su resurrección. Usando el lenguaje inclusivo oriental, en el que una fracción de un día representa un día completo, Jesús mencionó que “como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mat. 12:39, 40). En otras ocasiones, Jesús subrayó que lo matarían, pero que al tercer día resucitaría (Mat. 16:21; 17:22, 23; 20:17-19). Los principales sacerdotes y los fariseos estaban al tanto de esas declaraciones, y tomaron medidas con las que pretendían evitar su resurrección.

Lee Mateo 27:62 al 66. Este accionar, ¿cómo ayudó más adelante a ofrecer al mundo más evidencias de la resurrección de Jesús?

Todas las medidas de seguridad que se tomaron para mantener a Jesús encerrado en la tumba y asegurarse de que nunca saliera solo hicieron que su victoria sobre la muerte y las huestes del mal fuera aún más notoria.

Además, estos hombres seguramente habían oído hablar de los milagros de Jesús; también habían presenciado algunos de ellos. Y, sin embargo, ¿creían que una guardia frente a la tumba podría evitar que él, aquel que pudo hacer tantos milagros asombrosos, resucitara?

Además, poner una guardia alrededor de la tumba, ¿en caso de qué? Los discípulos, ¿podrían robar el cuerpo y luego alegar que Jesús había resucitado de entre los muertos? Cuando el pueblo preguntara: ¿Dónde está el Jesús resucitado?, aquellos podrían decir: Solo confíen en nuestra palabra.

Cuanto menos, sus acciones revelaban el miedo que tenían los principales sacerdotes de Jesús, incluso después de su muerte. Quizás, en el fondo, temían que pudiera resucitar, después de todo.

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LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
IV TRIMESTRE DEL 2022
Narrado por: Pr. Robert Costa
Desde: Chattanooga, TN – USA
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