MARTES 11 DE ENERO
ES EL RESPLANDOR DE LA GLORIA DE DIOS
Lee Hebreos 1:2 al 4. ¿Cuáles son algunas de las cosas que nos enseña este pasaje sobre Jesús?
En esta parte, nos centraremos en la porción que dice: “siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia” (Heb. 1:3).
Lee Éxodo 24:16 y 17; y Salmo 4:6; 36:9; y 89:15. ¿Cómo nos ayudan estos textos a comprender cuál es la gloria de Dios?
En el Antiguo Testamento, la gloria de Dios se refiere a su presencia visible entre su pueblo (Éxo. 16:7; 24:16, 17; Lev. 9:23; Núm. 14:10). Esta presencia a menudo se asocia con la luz o el resplandor.
Las Escrituras nos informan que Jesús es la Luz que vino a este mundo para revelar la gloria de Dios (Heb. 1:3; Juan 1:6–9, 14–18; 2 Cor. 4:6). Piensa, por ejemplo, en cómo se manifestó Jesús en la Transfiguración: “Y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz” (Mat. 17:2).
Así como el Sol no se puede percibir salvo por el resplandor de su luz, a Dios lo conocemos a través de Jesús. Desde nuestra perspectiva, es como si los dos fueran uno solo.
Hebreos también dice que Jesús es la “expresión exacta” de la naturaleza del Padre (Heb. 1:3, LBLA). Hay una correspondencia perfecta entre el Padre y el Hijo. Ten en cuenta que los seres humanos llevan la imagen de Dios pero no su naturaleza (Gén. 1:26). No obstante, el Hijo comparte la misma naturaleza con el Padre. No es de extrañar que Jesús dijera: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9).
¿Por qué es tan bueno que Jesús nos revele el carácter y la gloria del Padre? ¿Qué nos dice Jesús sobre cómo es el Padre?

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LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
I TRIMESTRE DEL 2022
Narrado por: Natanael Valoyes
Desde: Colombia
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