DOMINGO 12 DE JUNIO
JOSÉ ASCIENDE AL PODER

Para José, los sueños del faraón revelaban lo que Dios estaba “por hacer” (Gén. 41:28, NVI) en la tierra. Sin embargo, José no le pide al faraón que crea en su Dios. La respuesta inmediata de José es la acción. José propone un programa económico. Curiosamente, el faraón solo retiene la parte económica del discurso de José, que parece más interesado en la lección económica que en el significado espiritual del sueño y el papel de Dios en su elaboración.

Lee Génesis 41:37 al 57. ¿Qué lugar ocupa Dios en el éxito de José?

El faraón elige a José para que se haga cargo no tanto porque interpretó correctamente sus sueños y reveló el inminente problema de la tierra, sino porque tenía una solución a ese problema, porque le “pareció bueno el plan” (Gén. 41:37, NVI), una opinión también compartida por los siervos del faraón. La elección del faraón parece haber sido más pragmática que religiosa. Y sin embargo, el faraón reconoce que la presencia del “espíritu de Dios” (Gén. 41:38) está en José, quien es calificado como “entendido” y “sabio” (Gén. 41:39), una expresión que caracteriza la sabiduría que Dios da (ver Gén. 41:33; comparar con 1 Rey. 3:12).

Todos los detalles informados en el texto bíblico se ajustan a la situación histórica de Egipto en ese momento. Políticamente, el hecho de que el faraón designara a José como visir no es raro en el antiguo Egipto, donde se han documentado casos de visires extranjeros.

Los próximos siete años son años de abundancia, de tal manera que la producción de granos se vuelve “incalculable” (Gén. 41:49, RVA-2015), una señal de providencia sobrenatural. La comparación “como arena del mar” (Gén. 41:49) revela que esta es la bendición de Dios (Gén. 22:17). José refleja personalmente esa bendición en su fecundidad, una coincidencia que evidencia la presencia de Dios mismo detrás de los dos fenómenos. José tiene dos hijos cuyos nombres muestran la experiencia de José con la providencia de Dios, que ha transformado el recuerdo del dolor en gozo (Manasés) y la antigua aflicción en fecundidad (Efraín). Qué ejemplo tan poderoso de cómo Dios convirtió algo malo en algo muy bueno.

¿Cuáles son algunas formas en que los demás deberían ver, por el estilo de vida
que llevamos, la realidad de nuestro Dios?

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