LUNES 21 DE NOVIEMBRE
“HOY […] CONMIGO EN EL PARAÍSO”
Uno de los pasajes bíblicos más utilizados para tratar de probar la inmortalidad del alma es Lucas 23:43: “Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”. Casi todas las versiones de la Biblia (hay algunas excepciones) traducen este versículo en forma similar, y dan la impresión de que el mismo día que Cristo murió Jesús y el ladrón estarían juntos en el Paraíso. Esto no debería sorprendernos, porque esas traducciones fueron hechas por eruditos bíblicos que creen en el dogma de la inmortalidad natural del alma. Pero, ¿es esta la mejor traducción del texto?

Compara Lucas 23:43 con Juan 2o:17 y Juan 14:1 al 3. ¿Cómo debe entenderse la promesa al ladrón arrepentido en la cruz a la luz de las palabras de Jesús dirigidas a María Magdalena y la promesa que les hizo a los discípulos?

La suposición de que Cristo y el ladrón fueron al Paraíso (o cielo) ese mismo día contradice las palabras de Jesús a María Magdalena después de resucitar, que afirman que aún él no había subido a la presencia de su Padre celestial (Juan 20:17). Este error, de que tanto Jesús como el ladrón arrepentido fueron al cielo ese día, también contradice la promesa de Jesús a sus discípulos de que los llevaría al cielo recién en su segunda venida (Juan 14:1-3).

La cuestión en Lucas 23:43 es si el adverbio “hoy” (griego sémeron) debe vincularse con el verbo que lo sigue (“estar”) o con el verbo que lo precede (“decir”). Wilson Paroschi reconoce que, “desde el punto de vista gramatical”, es prácticamente imposible determinar la alternativa correcta. “Sin embargo, Lucas tiene una clara tendencia a usar este adverbio con el verbo precedente. Esto sucede en 14 de las 20 apariciones de sémeron en Lucas y Hechos” (W. Paroschi, “The Significance of a Comma: An Analysis of Luke 23:43, p. 7). Por ende, la lectura más natural de Lucas 23:43 sería: “De cierto te digo hoy que estarás conmigo en el paraíso”. En este caso, la expresión idiomática “te digo hoy” enfatiza la relevancia y la solemnidad de la declaración “estarás conmigo en el paraíso”. En resumen, Jesús le estaba prometiendo, en ese mismo momento, que sería salvo.

■ Lee la historia del ladrón arrepentido (Luc. 23:39-43), a quien, a pesar de su pecado, a pesar de que no tenía nada que ofrecer a Dios, Cristo le prometió la vida eterna. ¿De qué manera poderosa esta historia revela la gran verdad de la salvación solo por la fe? ¿De qué manera somos como ese ladrón? ¿En qué nos diferenciamos?

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LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
IV TRIMESTRE DEL 2022
Narrado por: Pr. Robert Costa
Desde: Chattanooga, TN – USA
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