SÁBADO 30 DE MARZO
LA GUERRA DETRÁS DE TODAS LAS GUERRAS

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Apocalipsis 12:7–9; Ezequiel 28:12–15; Isaías 14:12–14; Génesis 3:15; Juan 17:24–26.

PARA MEMORIZAR:
“Hubo una gran batalla en el cielo. Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón, y el dragón y sus ángeles combatieron; pero estos no prevalecieron, ni se halló más lugar para ellos en el cielo” (Apoc. 12:7, 8).

Si Dios es tan bueno, ¿por qué el mundo es tan malo? ¿Cómo puede un Dios de amor permitir que exista tanta maldad? ¿Por qué le pasan cosas malas a la gente buena? En la lección de esta semana exploraremos el conflicto milenario entre el bien y el mal. Comenzando con la rebelión de Lucifer en el Cielo, examinaremos el origen del mal y la paciencia de Dios para afrontar el problema del pecado.

Dios es un Dios de amor increíble. Su naturaleza misma es amor (1 Juan 4:7, 8). Todos sus actos son amorosos (Jer. 31:3). El amor nunca puede ser forzado, coaccionado ni legislado. Elena de White lo expresa muy bien, al escribir: “El amor se despierta únicamente por el amor” (El Deseado de todas las gentes, p. 22). Negar el poder de decisión es destruir la capacidad de amar, y destruir la capacidad de amar es erradicar la posibilidad de ser verdaderamente feliz. Dios se gana nuestra lealtad mediante su amor. Él está resolviendo el gran conflicto entre el bien y el mal de manera tal que el pecado nunca volverá a surgir en el universo. El propósito de Dios es demostrar ante todo el universo que siempre ha actuado teniendo en cuenta el bienestar de sus criaturas.

La lección de esta semana se basa en El conflicto de los siglos, capítulos 29 y 30.

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LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
II TRIMESTRE DEL 2024
Narrado por: Gustavo Perez
Desde: Málaga, España
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