Esta debería ser una práctica diaria
Vamos a imaginarnos un espejo que nos hable y nos diga como hablar, como arreglarnos para el diario vivir.
¿Con cuánta frecuencia te miras al espejo?
Acostumbramos a ver las fallas y errores de los demás, sin darnos cuenta que son los mismos de nosotros. El espejo nos permite ver nuestra verdadera condición.
La Biblia, es el espejo perfecto de Dios, nos muestra quienes somos y como estamos.
Por tanto, nosotros todos, mirando con el rostro descubierto como en un espejo. . .
2Corintios 3:18.
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