La tranquilidad que necesita tu alma

Frente a las dificultades y adversidades, debemos estar confiados en Jesús; nuestro abogado ante el Padre.
No estamos solos, Jesús ruega por nosotros y ante el proceso es nuestra compañía. Jesús venció y nos hace más que vencedores a nosotros.
(Juan 16:25-33).