01 DE ENERO
EL MENSAJERO DE MEDIANOCHE
«Dijo: “Yo soy ‘la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías”» (Juan 1:23, R195).
Un silbido corto pero urgente atraviesa el manto de oscuridad que cubre el norte de Boston. Se abre una ventana y se asoma una mujer, que libera una parte de su enagua al aire silencioso de la noche. La enagua flota hasta el hombre que la espera fuera. Él la toma y corre hasta la orilla del río, donde con sus dos amigos la hacen jirones y envuelven los remos. Ahora, sin miedo a ser escuchados, reman silenciosamente, atravesando el río.
Uno de los hombres corre a una casa cercana, donde le dan el mejor caballo de la ciudad, junto con advertencias de que han divisado al enemigo por los caminos oscuros. Coloca su pie en el estribo, se sube al caballo e inmediatamente clava las espuelas en los costados del animal. El rítmico golpeteo del galope rompe el silencio del camino rural.
-¡Alto!
Soldados enemigos. El jinete se agacha aún más. Siente como las crines del caballo le golpean el rostro azotado por el viento, y espolea de nuevo a la bestia, que acelera. El enemigo, en un caballo fresco, se acerca vertiginosamente. Viendo su única posibilidad de escapar, el hombre se desvía del camino, sintiendo el golpe de las ramas de los árboles en la cara. El caballo de su perseguidor se desliza en un estanque y, con un relincho y un resoplido, abandona la persecución.
De vuelta en el camino principal, el hombre entra al galope en la ciudad de Medford y golpea la puerta de un capitán colonial. Entre cortas y agotadas respiraciones, balbucea: «Los Regulares han salido!». Vuelve a montar en su corcel y, al galope, atraviesa varias ciudades gritando la advertencia: «¡Vienen los británicos! ¡Vienen los británicos!».
El mensajero de medianoche comienza entonces la última etapa de su desesperada misión: llegar a Concord y advertir del inminente ataque británico. De repente, cuatro soldados británicos a caballo llegan a toda velocidad y lo rodean Un comandante británico le pone una pistola en la cabeza y exige saber quién es y qué está haciendo. Mirándolo a los ojos, Paul Revere le responde con valentía. Este intrépido mensajero de medianoche nació un día como hoy en 1735. Hoy también es medianoche, y hay tropas enemigas en los caminos oscuros, pero te han dado el mejor caballo y el mensaje más urgente. Como Paul Revere, ¿estás dispuesto a hacer lo que sea necesario para completar tu misión para Dios este año?

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UN SALTO EN EL TIEMPO
Devoción Matutina para Adolescentes 2022
Narrado por: Isa Valen
Desde: Buenos aires, Argentina
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