04 DE NOVIEMBRE
LA TUMBA DE TUTANKAMOR
«Porque los que viven saben que han de morir, pero los muertos nada saben, ni tienen más recompensa. Su memoria cae en el olvido» (Eclesiastés 9:5, RV95).
¿Te has preguntado alguna vez cómo sería explorar una pirámide egipcia? Las pirámides parecen bastante impresionantes por fuera, pero por dentro son un laberinto de túneles oscuros y pasadizos llenos de telas de araña y serpientes. Bueno, en realidad eso es lo que se ve en las películas, porque las pirámides de verdad son tan antiguas que no se encontraría nada vivo en ellas, ni siquiera una momia, aunque los egipcios esperaban que las pirámides fueran un lugar donde los faraones pudieran seguir viviendo en el más allá.
Habrás oído hablar de todos los objetos que solían enterrar con los faraones en las pirámides. Algunas de esas historias son bastante escandalosas, y afirman que había habitaciones enteras de muebles con oro, estatuas y obras de arte enterradas junto con los faraones bajo las arenas del desierto de Egipto. Desgraciadamente, nadie había hecho un descubrimiento semejante en los tiempos modernos. O bien las historias no eran ciertas, o las fabulosas tumbas de las leyendas habían sido asaltadas hace siglos. Pero entonces ocurrió.
El 4 de noviembre de 1922 se descubrió la entrada a la tumba del rey Tut. Un explorador arqueológico británico llamado Howard Carter hizo el descubrimiento en el Valle de los Reyes, y su hallazgo batió todos los récords. Cuando llegó por primera vez a Egipto en una excavación arqueológica en 1891, se habían encontrado la mayoría de las tumbas del antiguo Egipto, aunque el rey Tutankamon, que había muerto con solo dieciocho años, aún no había sido descubierto. Pero ahora la tumba del niño-rey estaba lista para ser abierta al mundo, y qué maravillas encontraron. Parecía que todo el interior de la cámara funeraria de cuatro habitaciones estaba hecho de oro. Pero el descubrimiento más sorprendente fue un sarcofago de piedra que contenía tres ataúdes anidados uno dentro de otro. Dentro del último ataúd, de oro macizo, estaba la momia de tres mil años de antigüedad del rey Tutankamón. ¡El Rey Tut! ¡Vaya! Él es tan famoso ahora, que incluso han hecho canciones sobre él.
Pero no es tan famoso como Moisés, el príncipe favorecido del palacio egipcio que también estaba destinado a ser faraón. Moisés sacó al pueblo de Dios de la esclavitud egipcia y lo llevó a las fronteras de la Tierra Prometida. Por desgracia, murió y nunca vio la Tierra Prometida, pero es uno de los que resucitaron de entre los muertos y fueron llevados al cielo. El Rey Tutankamón no puede presumir de eso. A pesar de toda su preparación para la otra vida, sigue muerto, momificado y acostado en un sarcofago. 314
===================
UN SALTO EN EL TIEMPO
Devoción Matutina para Adolescentes 2022
Narrado por: Isa Valen
Desde: Buenos aires, Argentina
===================
|| www.drministries.org ||
===================