10 DE OCTUBRE
OCHOCIENTOS NIÑOS MUEREN EN AUSCHWITZ
«Pues Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa oculta, sea buena o sea mala» (Eclesiastés 12: 14, RV95).
El 10 de octubre de 1944, 800 niños gitanos fueron asesinados en las cámaras de gas de Auschwitz, en Polonia. La Segunda Guerra Mundial se acercaba a su fin, y el odio de Hitler hacia determinados grupos de personas lo llevó a masacrar a niños gitanos de entre nueve y catorce años.
Los gitanos habían sido señalados desde el principio para ser tratados brutalmente por el régimen de Hitler. Los consideraba portadores de enfermedades y perezosos que no estaban dispuestos a realizar un trabajo útil. Así que fueron marcados para el exterminio, junto con los judíos de Europa, desde los primeros años de la guerra. Muchos de ellos vagaban en caravanas, ganándose la vida como músicos o vendedores ambulantes. Para Hitler, los gitanos y sus costumbres errantes no se parecían en nada a los trabajadores nazis. En el transcurso de la Segunda Guerra Mundial ordenó asesinar a casi 1.5 millones de gitanos.
Auschwitz estaba formado por un grupo de campos de concentración, denominados I, II y III, así como por cuarenta campos «satélites» más pequeños. Fue en Auschwitz II, en octubre de 1941, donde la Gestapo creó una monstruosa máquina de matar compuesta por trescientos barracones de prisioneros, cuatro baños utilizados para gasear a los prisioneros, sótanos para cadáveres y hornos crematorios. También se utilizaron miles de prisioneros para experimentos médicos.
En octubre de 1944 se produjo una minirrevuelta. Mientras varios centenares de prisioneros judíos eran obligados a transportar cadáveres desde las cámaras de gas hasta el horno donde se quemaban los cuerpos sin vida, hicieron explotar una de las cámaras de gas e incendiaron otra, utilizando explosivos introducidos de contrabando por mujeres judías que trabajaban en una fábrica de armas cercana. De los 450 prisioneros que participaron en el sabotaje, unos 250 consiguieron escapar del campo durante el caos que se produjo, pero todos fueron encontrados y fusilados. Los co-conspiradores que nunca lograron salir del campo también fueron ejecutados, al igual que cinco mujeres de la fábrica de armas, después de ser torturadas para obtener información sobre la operación. Ninguna de las mujeres habló.
Algún día, en la Tierra Nueva, no habrá tristeza ni dolor ni muerte. Los niños y adolescentes que murieron en Cristo, correrán, jugarán y experimentarán la felicidad que Jesús siempre quiso que tuvieran. Y Dios limpiará toda lágrima. ¡Qué día será ese!

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UN SALTO EN EL TIEMPO
Devoción Matutina para Adolescentes 2022
Narrado por: Isa Valen
Desde: Buenos aires, Argentina
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