12 DE OCTUBRE
UN HÉROE POCO PROBABLE
«Pero Daniel se propuso no contaminarse con la comida y el vino del rey, así que le pidió al jefe de oficiales que no lo obligara a contaminarse» (Daniel 1: 8, NVI).
La guerra es algo terrible. Con tanques rodando por las calles, bombas explotando y balas volando por todas partes, las cosas pueden ser bastante aterra doras. Pero cuando tu país te llama a luchar, normalmente no tienes otra opción. La mayoría de los estadounidenses de hoy nunca hemos estado cerca de una guerra, pero en tiempos pasados era diferente. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Alemania y Japón intentaban apoderarse del mundo, muchísimos fueron reclutados o se alistaron; en total, más de 16,000,000. Y Desmond Doss fue uno de ellos.
Aunque fue reclutado en el ejército, Doss se negó a usar un arma para matar al enemigo y eso le causó todo tipo de problemas. Entró en el ejército bajo la categoría de objetor de conciencia; sin embargo, prefería el término «cooperador» de conciencia, porque hacía todo lo posible por cooperar con oficiales y soldados. Se negaba a trabajar en sábado. No es de extrañar que los hombres de su unidad se burlaran de él y lo acosaran. Pero al igual que Daniel en los tiempos de Babilonia, Doss fue fiel a sus convicciones, y gracias a ello pudo dar testimonio de Dios de una manera extraordinaria.
Como paramédico, estuvo bajo fuego en muchas batallas. En una de esas batallas, y desde la cima de un acantilado de la isla de Okinawa, Doss bajó a 75 hombres a lugar seguro, todo el tiempo bajo el fuego japonés. Durante esas largas horas, mientras rescataba a un hombre tras otro, Doss no dejaba de orar: «Señor, ayúdame a conseguir solo uno más. Solo uno más». Solo cuando el último hombre fue evacuado, Doss se puso a salvo. Gracias a esta experiencia, y a muchas otras, el nombre de Doss se convirtió en un símbolo en toda la 77a División de Infantería por su extraordinaria valentía, que iba mucho más allá del llamado del deber.
Cuando todo terminó, el 12 de octubre de 1945, Desmond Doss recibió la Medalla de Honor del Congreso, la máxima condecoración militar de los Estados Unidos, por sus logros no combativos en la Segunda Guerra Mundial. Era la primera vez que un objetor de conciencia recibía la máxima condecoración militar de la nación. Y cuando Desmond fue honrado, Dios fue honrado, porque Desmond había defendido lo que sabía que era correcto, y dependía de Dios para que lo protegiera en el proceso. Eso sí que es inspirador.
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UN SALTO EN EL TIEMPO
Devoción Matutina para Adolescentes 2022
Narrado por: Isa Valen
Desde: Buenos aires, Argentina
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