11 DE NOVIEMBRE
LA ÚLTIMA LLAVE
«Cualquiera de ustedes que no renuncia a todo lo que tiene, no puede ser mi discípulo». Lucas 14:33, RVC
HAY COSAS EN LA VIDA QUE NO ADMITEN UN «CASI». Como bien lo dijo alguien: «Casi dulce es insípido, casi caliente es tibio, casi sano es enfermo, casi cristiano es… ¡mundano!». ¿Y «casi salvos»? «Casi, pero no totalmente salvos, significa ser, no casi, sino totalmente perdidos» (Palabras de vida del gran Maestro, cap. 9, p. 90).
La veracidad de estas palabras la ilustra bien la experiencia que vivió F. B. Meyer, uno de mis autores cristianos favoritos. Cuenta él que en un momento de su vida se dio cuenta de que su ministerio estaba languideciendo, y que su vida espiritual carecía de poder. Oró al respecto, pero no vio cambio alguno. ¿Por qué?
«El Señor me estaba pidiendo que le entregara todas las llaves de mi corazón -cuenta él—, pero yo estaba reservando una». ¡Todas menos una! Y era precisamente esa llavecita la que mantenía a Jesús fuera de su vida. Los resultados de esa entrega incompleta eran evidentes en la falta de poder de su ministerio, y en una vida carente de gozo y paz.
Dice el relato que Meyer experimentó una gran lucha, pero al fin, «con un tremendo esfuerzo, le entregó (al Señor] la última llave. A partir de ese momento, su vida contó con un nuevo poder, y pudo conducir a muchos a los pies del Salvador». **
¿Cuándo se produjo la transformación? Fue después que Meyer entregó al Señor «la última llave», que llegó a ser un poderoso predicador del evangelio de Jesucristo. Tan poderoso, que de él llegó a decir Charles Spurgeon: «Meyer predica como si hubiera visto a Dios cara a cara». **
¿Tiene el Señor acceso libre a cada espacio de tu vida, o hay todavía algún «cuarto» con un letrero que dice PRIVADO? Dicho de otra manera, ¿le has entregado el manojo completo, o todavía te estás reservando la última llave; esa que da acceso a un rincón oculto de tu vida? Solamente tú puedes responder, pero una cosa es cierta: En la vida hay cosas que no admiten un «casi», y una de ellas es nuestra entrega al Señor: o somos de él totalmente, o no lo somos absolutamente. Es lo que Jesús dice en nuestro versículo para hoy: «Cualquiera de ustedes que no renuncia a todo lo que tiene, no puede ser mi discípulo»,
Señor Jesús, en este momento te entrego «la última llave»: la que te da pleno acceso a cada espacio de mi vida. Entra a mi corazón y desaloja de él todo lo que deshonra tu santo nombre. No quiero reservarme nada, porque en la cruz tú lo entregaste todo por mí.
*T. A. Davis, Preludios para la oración, Pacific Press, 1967, p. 160. **Citado por Warren W. Wiershe, Listening to the Giants, Baker Book House, 1980, p. 97.
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Devoción Matutina Para Adultos 2022
Narrado por: Roberto Navarro
Desde: Chiapas, México
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