15 DE MARZO
“A TODOS LOS HERMANOS… LOS HARÁN VENIR”

Y a todos los hermanos que ustedes tienen entre las naciones los harán venir, para que se presenten ante mí como una ofrenda (Isaías 66:20, RVC).

Siempre me ha llamado la atención que a lo largo de la Biblia se percibe el fatal empeño de Satanás de hacer añicos las relaciones entre hermanos: Caín mató a su hermano Abel (ver Génesis 4); Esaú, sin ningún remordimiento, aseguró: “Yo mataré a mi hermano Jacob” (Génesis 27:41); Raquel, como era estéril, “tuvo envidia de su hermana” (Génesis 30:1); con respecto a José, sus hermanos “lo aborrecían y no podían hablarle pacíficamente” (Génesis 37:4). En fin, la lista sería muy larga.
En la revista The Atlantic se publicó un artículo que me ayudó a comprender un poco más por qué Satanás procura destruir la relación entre hermanos. * De acuerdo a diversos estudios, con el paso de los años la relación entre los hermanos puede llegar a ser mucho más sólida que la relación con los padres, porque los padres mueren y los hermanos continúan siendo hermanos. El 82 por ciento de los niños vive con sus hermanos, un porcentaje mucho mayor a los que conviven con su padre. El 75 por ciento de las personas mayores de setenta años ya son huérfanos, pero siguen teniendo hermanos. Los que tienen una buena relación con sus hermanos durante la adolescencia son más empáticos, más sociales y más exitosos en lo académico. Por otra parte, si la relación con sus hermanos es mala, las personas son más propensas al consumo de alcohol, de drogas y a tener cuadros de depresión, ansiedad. El diablo, como buen conocedor de la psicología humana, sabe esto y ataca con firmeza ese pilar de la vida familiar.
Creo oportuno dedicar un poco más de tiempo al fortalecimiento de la relación de nuestros hijos con sus hermanos, ayudarlos a ser mejores hermanos, porque eso repercutirá para bien en su futuro. Que en nuestras casas “ninguno piense mal en su corazón contra su hermano” (Zacarías 7:10).
Ya se acerca el momento cuando se cumplirá esta promesa: “Y a todos los hermanos que ustedes tienen entre las naciones los harán venir, para que se presenten ante mí como una ofrenda” (Isaías 66:20, RVC). Si vamos a vivir con nuestros hermanos por la eternidad, aprendamos a convivir con ellos aquí. Sería una interesante ofrenda que hacer a Dios y que hacernos a nosotros mismos.
* Ben Healy, “The Science of Sibling Rivalry”, The Atlantic (noviembre de 2018), p. 32.

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Devoción Matutina Para Adultos 2023
Narrado por: Roberto Navarro
Desde: Montreal, Canada
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