02 DE ENERO
ANTAGONISMOS
El Señor, creador de los cielos; el Dios que formó la tierra; el que la hizo y le dio forma; el que no la creó sin un propósito, sino que la creó para que fuera habitada, dice así: «Yo soy el Señor, y no hay otro» (Isaías 45: 18).
EL BIÓLOGO BRITÁNICO Charles Darwin llegó a tener fama mundial luego de que escribiera el libro El origen de las especies en 1859. Este libro presentaba postulados evolucionistas sobre estas tres bases:
1. Los organismos evolucionan gradualmente.
2. El proceso de evolución se realiza por selección natural.
3. Solo los más aptos y los más fuertes logran sobrevivir.
A partir de ese momento, el mundo científico aceptó sin titubeos la teoría de la evolución como la manera más «científica» y «probable» sobre los orígenes de la humanidad, y sobre esa aceptación se desterró la idea de un Dios creador.
Los que amamos a Dios y a las Escrituras hemos defendido la veracidad de la Biblia y de los primeros 11 capítulos del Génesis. Esa defensa se basa porque realmente creemos que todo lo creado procede de una Inteligencia superior y porque aceptar todo o parte del evolucionismo, es dudar del contenido de las Escrituras.
Si los primeros 11 capítulos del Génesis no pueden ser creíbles, entonces es posible dudar de la apertura del Mar Rojo, de que el maná fue el alimento de los israelitas por cuarenta años, de que el sol se detuvo por orden de Josué o de que Jesús resucitó después de estar muerto tres días. Las preguntas antagónicas son: ¿Millones de años o una semana? ¿Casualidad o causalidad? ¿Generación espontánea o creación intencional? ¿Mitos bíblicos o verdad divina?
«Cuando Jesús sanó una mano seca y cuando curó la oreja cortada de un soldado, creó tejidos sanos instantáneamente. La ciencia naturalista niega la realidad de estos sanamientos. Pero la vida de Jesús entre nosotros verifica la confiabilidad de lo que Dios ha dicho a través de la Escritura. Y si la Escritura es confiable, entonces sus declaraciones acerca de la Creación y acerca de los milagros de Jesús nos dan vislumbres de cuánto pueden variar los procesos físicos y biológicos de los procesos que observamos hoy, cuando Dios interviene» (Leonard Brand, En el principio…, p. 162, énfasis añadido).
Tener certeza en la Palabra de Dios es tener paz en el corazón. Los creyentes obtienen tantas respuestas a través de la fe, que se distinguen notablemente de quienes dudan, ya que estos últimos están siempre preguntando porque nunca llegan al conocimiento de la verdad. Al comenzar este nuevo día de tareas y labores, agradécele a Dios por su Palabra y por la fe que puso en tu corazón.

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EJEMPLOS Y ENSEÑANZAS DE LAS ESCRITURAS
Devoción Matutina para Jóvenes 2022
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
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