04 DE OCTUBRE
ACEPTANDO LO QUE DIOS DICE
Entonces les dijo: «Como ustedes saben, para un judío es muy repugnante juntarse o acercarse a un extranjero, Pero Dios me ha hecho ver que no puedo llamar a nadie gente común o impura» (Hechos 10:28).
ELLOS FORMABAN UN MATRIMONIO QUE HABÍA SIDO PENTECOSTAL, pero por estar retirados de su iglesia habían comenzado a estudiar la Biblia con nosotros. Estábamos muy avanzados y parecían aceptar todo, hasta que alguien les dijo que los adventistas no comían carne de cerdo. Ese jueves ella no quiso hacer el estudio bíblico sistemático, sino que directamente me dijo: «Pastor, deseo que me explique por qué ustedes no comen carne de cerdo, si Dios le dijo a Pedro: “Levántate, Pedro, mata y come” y “lo que Dios limpio, no lo llames tú común”».
Luego de orar, abrimos las Escrituras y comenzamos a repasar toda la historia narrada en Hechos capítulo 10. Analizamos la visión y la visita del apóstol Pedro a Cornelio. Expliqué que para los judíos del tiempo de Jesús era repugnante estar o comer junto a personas no judías, y luego leímos el resto del versículo: «Pero Dios me ha hecho ver que no puedo llamar a nadie gente común o impura». Entonces les pregunté: «¿En qué momento Dios le mostró a Pedro que ningún hombre es común o inmundo?». Ella bajó la mirada y el esposo respondió: «Cuando Dios le dijo a Pedro: “Lo que Dios ha limpiado, no lo llames tu común” (Hech. 10: 15), al término de la visión».
Todos acordamos que la visión no tenía nada que ver con la alimentación, sino que apuntaba a desarraigar el tremendo prejuicio que los judíos tenían con todos los gentiles. Luego de la muerte de Jesús, Dios no tuvo una nación o una raza elegida, sino que, como el mismo Pedro reconoció en la casa de Cornelio, «Dios no hace acepción de personas, sino que a él le agrada todo aquel que le teme y hace justicia» (Hech. 10:34-35). Fue la última vez que estudiamos las Escrituras con este matrimonio. Era un sacrificio muy grande aceptar y practicar lo que habíamos estudiado ese día, ya que ellos vivían de la cría y la venta del ganado porcino.
¡Qué difícil es para algunos aceptar lo que Dios dice! A Pedro le costó mucho poner en práctica lo que Dios le había mostrado antes de ir a la casa de Cornelio, ya que años más tarde Pablo debió reprenderlo por su discriminación étnica (Gál. 2: 11-16). Al matrimonio pentecostal le pareció imposible alimentarse como lo enseña Levítico 11. Y en tu caso particular, ¿hay algo que Dios pide y que no deseas poner en práctica en tu vida?
===================
EJEMPLOS Y ENSEÑANZAS DE LAS ESCRITURAS
Devoción Matutina para Jóvenes 2022
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
===================
|| www.drministries.org ||
===================
Leave A Comment