05 DE FEBRERO
MEZCLA DE GENTE
Entre los israelitas se había mezclado gente de toda clase, que solo pensaba en comer. Y los israelitas, dejándose llevar por ellos, se pusieron a llorar y a decir: «¡Ojalá tuviéramos carne para comer!» (Números 11:4, DHH).
DESPUÉS DE LOS 430 AÑOS DE ESCLAVITUD, los israelitas habían olvidado gran parte de lo que involucraba la adoración al verdadero Dios. Estar al pie del monte Sinaí fue recuperar la identidad de pueblo escogido y aprender nuevamente los designios divinos para el hombre. Pero, aun así, las costumbres y hábitos que habían tenido como esclavos no fueron olvidados.
Mientras estuvieron en Egipto, fue más que evidente que los israelitas contaban con el favor de un Poder superior. Ninguno de los dioses egipcios había podido detener las plagas que habían desbastado al país; por lo cual, una gran multitud de egipcios optaron por unirse a los hebreos.
Lamentablemente, esa multitud extranjera fue una piedra de tropiezo para la vida espiritual del pueblo. A través del versículo de hoy podemos ver que fueron ellos los que demostraron hastío del maná e incitaron a Israel a pedir carne como alimento. El pueblo nunca pensó en las consecuencias: agotar al líder elegido por Dios y tentar a Dios mismo.
En la actualidad, dentro de los templos adventistas, no hay solo creyentes veraces que aman a Dios. También existe una mezcla de «gente de toda clase» que todavía no le entregó su corazón plenamente a Jesús. «Las iglesias no están compuestas totalmente de puros y sinceros cristianos. No todos los hombres registrados en los libros de la iglesia son dignos de estar allí. La vida y carácter de algunos comparados con otros, son como el oro comparado como la despreciable Escoria. No es necesario que sea así. Los que son valiosos en vida e influencia, han sentido la importancia de seguir de cerca a Jesús, de hacer de la vida de Cristo su estudio y su ejemplo. Esto requiere esfuerzo, meditación y sincera oración. Requiere esfuerzo para obtener la victoria sobre el egoísmo y para poner el interés de la causa de Dios en primer lugar. Algunos han hecho el esfuerzo, han practicado una estricta disciplina de sí mismos, y han ganado preciosas victorias. Los que consideran su propio interés en primer lugar, viven para sí mismos. Su carácter a la vista de Dios es como la inútil escoria» (Elena G. White, Testimonios para la iglesia, t. 2, p. 563).
Y en tu caso, ¿ya te entregaste completamente a Jesús? ¿Puedes decir con alegría que tus intereses están puestos en la Canaán celestial? A la vista de Dios, ¿eres parte de su pueblo o estás entre el pueblo como «gente de toda clase»?
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EJEMPLOS Y ENSEÑANZAS DE LAS ESCRITURAS
Devoción Matutina para Jóvenes 2022
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
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