07 DE ENERO
ABEL: UN EJEMPLO DE OBEDIENCIA
Abel también llevó algunos de los primogénitos de sus ovejas, de los mejores entre ellas. Y el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda (Génesis 4:4).
ESTÁBAMOS SALUDÁNDONOS amigablemente al término del culto divino, cuando un niño pequeño, de unos tres o cuatro años se soltó de la mano de su madre e intentó cruzar la calle. Una persona que providencialmente pasaba al frente de la iglesia, lo alcanzó a tomar para evitar lo que hubiera sido una terrible tragedia. Su madre, mostrando desesperación e impotencia le gritó: «Cuántas veces te he dicho que no cruces! ¿Por qué no obedeces a lo que te digo?».
En general, los seres humanos nacemos con un tipo de independencia que nos lleva a usar la libertad al antojo personal. Lo que esta madre vivió, millones lo han vivido, al ver cómo sus seres queridos han encausado sus vidas a una triste desgracia sencillamente por una desobediencia.
En el principio, Dios había desarrollado el plan de salvación y había mostrado claramente que el hombre tenía una sola vía de escape del pecado para alcanzar nuevamente la inmortalidad: consistía en permitir que el Mesías pagara el rescate con su propia vida. Por esta razón, mirando hacia el futuro con fe en el Salvador, cada descendiente de Adán debía ofrecer en holocausto una víctima sin defecto, que representara el sacrificio que el Hijo de Dios realizaría por la humanidad.
Caín, mostrando un principio de rebelión en su vida, ofreció «una ofrenda del fruto de la tierra» (Gén. 4:3). No quiso comprender que no hay obra humana que acredite a la criatura en pecado delante de su Creador, y por eso, desobedeció deliberadamente.
Abel, su hermano, no cuestionó la voluntad divina. Con docilidad modelo eligió «algunos de los primogénitos de sus ovejas, de los mejores entre ellas» y lo ofreció en sacrificio a Dios. De manera ejemplar su vida quedó registrada en las Escrituras como alguien «reconocido como un hombre justo» (Heb. 11:4), sencillamente porque decidió obedecer a Dios por sobre todas las cosas.
¡Qué importante es también en este tiempo, que los hijos de Dios seamos obedientes como lo fue Abel! Es necesario que más allá de las circunstancias o «razones» que se nos presenten en la vida, un «así dice Jehová» tenga más valor que nuestra opinión personal. Tu obediencia no te salvará, pero mostrará qué tipo de fe posees: si aquella que se respalda en las Escrituras o la que busca una conveniencia personal sin importar la voluntad divina. Al realizar las actividades de este día, ora a Dios para que tus acciones muestren una obediencia sin medida.

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EJEMPLOS Y ENSEÑANZAS DE LAS ESCRITURAS
Devoción Matutina para Jóvenes 2022
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
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