07 DE NOVIEMBRE
DISCIPULAR CON AMOR
Si alguno está en Cristo, ya es una nueva creación; atrás ha quedado lo viejo: ¡ahora ya todo es nuevo! (2 Corintios 5: 17).
EL ÚLTIMO SÁBADO DEL AÑO se habían reunido todas las iglesias en un mismo lugar para celebrar un año de éxito respecto al evangelismo. Esa foto, que aún conservo entre mis recuerdos, mostraba al grupo «veterano» de la iglesia junto a unos cuarenta fieles que se habían unido a nuestra fe durante ese año. ¡Cuánta felicidad me daba ver que entre nosotros había «nuevas criaturas» porque Cristo moraba en sus vidas!
Al regresar de las vacaciones encontré que un buen número de esos nuevos fieles no estaban asistiendo, así que pregunté entre los «veteranos» de iglesia si los habían visitado para saber las razones de su ausencia. Para mi sorpresa, muchos de ellos no estaban gustosos que «gente nueva» formara parte de la iglesia adventista, porque no se amoldaban al estilo de vida que se les había enseñado. Esos adventistas de experiencia pretendían que «los nuevos» Vivieran, hablaran y pensaran como lo hacían ellos, que llevaban décadas dentro de la iglesia y cultivándose con las Escrituras.
Al visitar a «la gente nueva» en sus hogares, encontré corazones heridos, lastimados y resentidos porque habían recibido críticas de quienes, meses antes, les habían dado la bienvenida. «Yo sigo amando a Jesús y creo en el mensaje adventista -decía una joven de 22 años, pero esa iglesia me mostró que yo no les intereso», mencionando que solo el pastor había llegado a su hogar preguntando sobre su ausencia. ¿Cuál era el problema en esa iglesia? «Demasiadas veces esperamos el comportamiento maduro de parte de un bebé espiritual. Tenemos la idea que todos sus hábitos y costumbres pecaminosos van a desaparecer inmediatamente. Pero la realidad es que muchas veces la lucha con el pasado es fuerte, dura y larga. Debemos tener paciencia con aquellos que discipulamos, aconsejarles bien, y apoyar su progreso espiritual» (Gordon D. Pike, Consejería: la otra cara del discipulado, p. 110).
Querido lector: si te encuentras entre aquellos que recientemente ha ingresado a la iglesia adventista, te felicito y te ánimo para que cada día busques el crecimiento que Dios da para que llegues a ser maduro en la fe cristiana.
Pero si eres de aquellos que llevan años transitando en la verdad adventista, recuerda tener paciencia, compasión y espíritu docente para guiar a las «nuevas criaturas» al nivel que tú vives hoy. Es privilegio y responsabilidad de todos cuidar de las ovejas del redil; tu influencia puede ser beneficiosa para que otros conserven su fe.
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EJEMPLOS Y ENSEÑANZAS DE LAS ESCRITURAS
Devoción Matutina para Jóvenes 2022
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
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