08 DE FEBRERO
ES POSIBLE
No te vengues, ni guardes rencor contra los hijos de tu pueblo. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor (Levítico 19: 18).
CUANDO SE HABLA DEL AMOR A LOS SEMEJANTES, la norma bíblica es elevada: debemos amar al prójimo como a nosotros mismos. Dios se lo dijo primeramente al pueblo de Israel y luego Jesús lo repitió como uno de los mandamientos más importantes (Mat. 22: 39).
A veces vemos la imposibilidad de cumplir este mandato porque ponemos el acento en los demás, y si así lo hacemos, debemos reconocer que hay personas difíciles de amar. Su temperamento, su manera de ser, sus comentarios y opiniones, todo parece mostrar que ese individuo no puede ser amado por nosotros. El caso se agrava cuando hay que amar a alguien que nos hizo daño. Cuando así ocurre, parecería que hay «una razón» para ignorar el mandamiento y no amar a esa persona.
También nos equivocamos cuando ponemos el énfasis en nosotros mismos. ¿Por qué? Porque los pecadores de este mundo (nosotros) no tenemos poder para amar (como nos amamos a nosotros mismos) a otros, y menos a quien nos hizo daño. Si Dios hubiera querido que pongamos el acento en nosotros mismos, hubiera dicho: «Ama solamente a los que te caen bien» o «Demuéstrale amor a los que tienen afinidad contigo».
Pero, ¿cómo es posible amar a todos, cuando somos tan diferentes con algunos? Algunos creen que jamás lograrán cumplir este mandato divino, pero Dios a través de Elena G. White nos da la clave para que el amor al prójimo sea una realidad en nuestra vida: «Muchos piensan que es imposible amar al prójimo como a sí mismos; pero ese amor es solo el fruto genuino del cristianismo. Amar a otros es vestirse del Señor Jesucristo; es caminar y obrar como viendo el mundo invisible. Debemos por ello mirar continuamente a Jesús, el autor y consumador de la fe […] La gracia de Cristo debe ser el único apoyo del cristiano, y cuando lo es, amará a sus hermanos como Cristo lo ama a él» (Reflejemos a Jesús, p. 95, énfasis añadido).
¿Te diste cuenta en quién hay que poner el acento? Ni en los demás, ni en nosotros mismos. Para amar al prójimo, más allá de sus cualidades o forma de ser, necesitamos poner el acento en Jesús: vestirnos del Señor Jesús. Solo así amaremos de verdad a nuestro prójimo. Solo así es posible.

===================
EJEMPLOS Y ENSEÑANZAS DE LAS ESCRITURAS
Devoción Matutina para Jóvenes 2022
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
===================
|| www.drministries.org ||
===================