08 DE MAYO
BORRÓN Y CUENTA NUEVA
Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve, serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Isa. 1:18
¿Cómo se puede limpiar un pecado? Esa es una pregunta esencial para no vivir G en culpabilidad ni para mantenerse en la irregularidad. Pues la respuesta es bien sencilla: verdadero arrepentimiento y cambio de vida. Es como si tuviésemos que tener las cuentas claras con el Señor y, después, él borra todos nuestros registros negativos del libro de los cielos. Dios nos promete que, si hacemos cuentas con él, no importa cuán rojos sean esos números, los pone en saldo positivo. ¿Te resulta difícil de creer? Te voy a poner un ejemplo que te va a convencer de lo que digo…
Se había producido una de las hambrunas tan típicas en el Próximo Oriente e Isaac dejó su tierra para instalarse en Gerar. Parecía que se estaba repitiendo la misma historia que le pasó a su padre, Abraham. Este fue a una tierra extraña y, para evitar una situación comprometida, mintió diciendo que Sara no era su esposa, sino su hermana. Recordarás que tal mentira le dio muchos problemas con las gentes del lugar y lo expuso como alguien que no había hecho lo correcto. Abraham entró en números rojos, pero se arrepintió y cambio de actitud. Dios le pide a Isaac que no descienda a Egipto y le recuerda que, si hace lo que le pide, cumplirá la siguiente promesa: «Habita como forastero en esta tierra. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti ya tu descendencia daré todas estas tierras y confirmaré el juramento que hice a Abraham, tu padre. Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras, y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, por cuanto oyó Abraham mi voz y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes» (Gén. 26:3-5).
Observa el final, ¿dónde dice que Abraham había pecado? No lo dice. Dios perdona y olvida. Solo recordaba de Abraham lo que había hecho bien porque Dios había saldado su cuenta. Es una realidad que, tal como aconteció con Abraham, puede suceder contigo.
Vamos a ser sinceros, todos hemos fallado alguna vez. Ese no es el problema, el problema es no arrepentirnos y cambiar. No vivas ni en la culpabilidad ni en el error, porque tenemos un Dios que te quiere de verdad y ha prometido hacer borrón y cuenta nueva.
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CARÁCTER
Devoción Matutina para Jóvenes 2023
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
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