11 DE FEBRERO
UN PUEBLO ÚNICO
Tú eres un pueblo santo, y perteneces al Señor tu Dios. De entre todos los pueblos de la tierra, el Señor te ha escogido para que seas un pueblo único, un pueblo suyo (Deuteronomio 14: 2).
SI BIEN NO PODEMOS LEER EL CORAZÓN de quienes desean formar parte de la iglesia adventista, hay una tarea que nos compete a todos los adventistas: evaluar a quienes admitimos como miembros de iglesia. Es verdad que invade una gran emoción cuando una persona se bautiza, pero esa emoción no debería darnos licencia para que personas sin la instrucción debida o que no manifestaron un cambio de vida sean aceptados como hermanos en la fe.
Personalmente, he visto a lo largo de mi ministerio pastoral las consecuencias de bautizar a personas que todavía no estaban preparadas. En algunos casos, dan un testimonio erróneo sobre nuestras creencias al continuar con sus vicios o sin respetar el sábado como lo enseñan las Escrituras. Están también aquellos que continúan con costumbres mundanas asistiendo a bailes, casinos, bares y lugares inconvenientes para un cristiano. Otros no ven la necesidad de continuar alimentando sus vidas con la Palabra de Dios, y es doloroso ver que los adventistas, llamados por décadas «el pueblo de la Biblia», tienen entre sus miembros a personas que no pueden encontrar en sus Biblias el libro de Juan. Finalmente, el grupo más lamentable, es el que termina en apostasía renegando de nuestra fe.
Con cuánta sabiduría Elena G. White nos aconsejó: «Debe saberse si los que profesan estar convertidos están simplemente adoptando el nombre de adventistas del séptimo día, o si están tomando su posición del lado del Señor para salir del mundo y separase y no tocar cosa inmunda. Cuando den evidencia de que entienden plenamente su posición, han de ser aceptados. Pero cuando revelan estar siguiendo las costumbres y modas y sentimientos del mundo, ha de tratarse con ellos con firmeza. Si no sienten ninguna preocupación por cambiar su conducta, no deben ser retenidos como miembros de la iglesia. El Señor desea que aquellos que componen su iglesia sean veraces y fieles administradores de la gracia de Cristo» (El ministerio pastoral, p. 190).
Querido hermano: pertenecer a la iglesia adventista es un gran privilegio, pero también implica una gran responsabilidad: somos un pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la tierra. ¿Por qué? Porque somos el único remanente que guarda los mandamientos de Dios y tiene el testimonio de Jesús. Como tales, debemos cuidar las puertas de nuestra iglesia y quiénes ingresan por ella.
===================
EJEMPLOS Y ENSEÑANZAS DE LAS ESCRITURAS
Devoción Matutina para Jóvenes 2022
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
===================
|| www.drministries.org ||
===================
Leave A Comment