11 DE SEPTIEMBRE
HUBIERA TENIDO OTRO FINAL
Entonces Eliseo le dijo: «¿Crees que yo no estaba allí, en espíritu, cuando aquel hombre bajó de su carro a recibirte? Pero éste no es el momento de recibir plata y vestidos, ni olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas» (2 Reyes 5:26).
GIEZI OCUPÓ UN LUGAR PRIVILEGIADO JUNTO AL PROFETA ELISEO. Como siervo del profeta, vio cómo el poder de Dios se manifestaba a través de un hombre que dedicó su vida para elevar la mente de los israelitas al Dios verdadero.
Luego de que la piel de Naamán fuera milagrosamente curada de la lepra, el capitán sirio volvió a la residencia de Eliseo agradecido por recuperar la salud y le ofreció oro, plata, joyas y mudas de ropas. Eliseo se negó a aceptar algún regalo porque era Dios y no el hombre quien había obrado en Naamán. Giezi no estuvo de acuerdo con la decisión del profeta y corrió tras el capitán y le pidió algo de lo mucho que había ofrecido. Naamán se lo dio sin titubear, y al regresar, Giezi escondió su tesoro. Este siervo negligente olvidó que Dios lo estaba mirando y la lepra que había tenido Naamán fue la enfermedad que debió soportar hasta el día de su muerte.
A diferencia de Giezi, hubo hombres que supieron darle al dinero el valor que merece. Manuel Belgrano, líder político, militar y prócer argentino, mostró a lo largo de su vida una austeridad poco común en los hombres de poder. Luego de obtener dos victorias en batallas contra el enemigo realista, el gobierno de la Asamblea del año XIII le obsequió un premio de 40 000 pesos oro. Belgrano no aceptó la donación, mencionó que el dinero o las riquezas «son un escollo de la virtud» y que «parecen dirigidas a estimular una pasión abominable como lo es la codicia. He creído propio de mi honor y de los deseos de la prosperidad de mi patria, destinar los cuarenta mil pesos que me fueran otorgados como premio por los triunfos de Salta y Tucumán, para la dotación de escuelas públicas» (Felipe Pigna, Los mitos de la historia argentina, p. 364).
¡Qué diferente hubiera sido la vida de Giezi si hubiera imitado la conducta de Manuel Belgrano! El siervo de Eliseo hubiera tenido otro final si el dinero no hubiera ocupado un lugar tan importante en su corazón.
Las historias bíblicas de quienes erraron tienen el propósito de ayudarnos para que no cometamos los mismos errores y nos perfeccionemos imitando a Jesús. El dinero y las posesiones materiales son necesarias para la vida en este mundo, pero Jesús debe ser lo más importante en nuestro corazón.

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EJEMPLOS Y ENSEÑANZAS DE LAS ESCRITURAS
Devoción Matutina para Jóvenes 2022
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
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