12 DE ENERO
ANTES DEL DILUVIO Y HOY TAMBIÉN
El Señor vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que todos los planes y pensamientos de su corazón eran siempre los de hacer solo el mal (Génesis 6:5).
-PASTOR, NO AGUANTO MÁS esta situación. Estoy desesperado y aunque oro y le pido a Dios que me ayude, parece no escucharme. Tengo problemas económicos, tengo problemas laborales, mi exmujer no deja de pedirme dinero y la justicia me tiene como a un padre irresponsable.
Luego de escucharlo por más de media hora para que se desahogara, le recordé que Dios es fiel y que sus promesas siempre se cumplen. También mencioné que toda la Biblia da la seguridad de que nuestro Dios es un Padre misericordioso y que cuando acudimos a él, si no nos responde, es porque hay un problema espiritual en nosotros. Entonces, con mucho tacto le pregunté:
– ¿Cómo está tu vida espiritual? – Hice una pausa para que reflexionara y proseguí-: ¿Estás buscando la santidad y la pureza que viene de Jesús o te permites tener algún pecado oculto? ¿Eres fiel en pensamientos? ¿Qué miras cuando te encuentras solo?
Luego de la última pregunta, se le llenaron los ojos de lágrimas y no pudo responder. Si bien era un hermano adventista desde hacía muchos años, poco a poco se había dejado arrastrar por la corriente de impureza sexual que nos rodea. Películas, internet y algún encuentro sexual con prostitutas eran las licencias que se permitía pensando que nadie lo veía. Tristemente olvidó que hay un Dios que siempre nos ve.
Con cuánta razón Elena G. White describió nuestro tiempo diciendo: «La impureza está hoy muy difundida, aun entre los profesos seguidores de Cristo. La pasión está desenfrenada; las propensiones animales están ganando fuerza por la complacencia, mientras los poderes morales se debilitan continuamente […] Existen hoy los pecados que destruyeron a los antediluvianos y las ciudades de la llanura, no meramente en los países paganos, no solo entre los que profesan el cristianismo popular, sino aun entre algunos que profesan esperar la venida del Hijo del hombre. Si Dios presentara estos pecados delante de ustedes como aparecen ante su vista, se llenarían de vergüenza y terror» (Mente, carácter y personalidad, t. 1, p. 238, énfasis añadido).
Si hoy te presentaras ante el gran Juez, ¿qué revelaría tu carácter? ¿Eres de los que esperan a Jesús, pero mantienen pecados ocultos? La corriente mundanal de impureza, maldad, sexualidad pervertida, violencia y delincuencia nos muestran la cercanía del regreso de Jesús y hoy, más que nunca, debemos permitirle a Cristo que nos limpie de todo pecado. Jesús desea santificarte por completo, ¿se lo permitirás?
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EJEMPLOS Y ENSEÑANZAS DE LAS ESCRITURAS
Devoción Matutina para Jóvenes 2022
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
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