12 DE FEBRERO
UN MANDATO Y UNA PROMESA
«Escucha lo que te mando: Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas» (Josué 1:9).
¿ACOSTUMBRAS ESTAR DESANIMADO? ¿Tienes alguna razón para dejarte abatir? ¿Sueles estar triste, desalentado o sin voluntad? Parte del tiempo que invierto en mis visitas pastorales ha sido para animar a jóvenes, adultos y ancianos que se sienten abatidos. Las razones para el desánimo son variadas y diferentes: peleas conyugales, maltrato familiar, pérdida laboral, estrechez económica, problemas de salud, falta de auto perdón, metas no alcanzadas y sentido de fracaso. Cada una de estas razones le hace sentir a quien las padece que la vida es un suplicio.
Pero como cristianos, ¿podemos dejar que nuestro espíritu esté decaído, teniendo un Dios como el que nos muestra la Escritura?
Josué había asumido el liderazgo de Israel. Tenía grandísimos desafíos e innumerables guerras que lidiar contra los cananeos y los israelitas seguían teniendo los mismos problemas espirituales que habían tenido con Moisés. Algunos historiadores calculan que antes de entrar a Canaán el pueblo de Israel contaba con 2 millones y medio de personas. ¿Puedes imaginarte cómo se habrá sentido Josué para liderar a semejante grupo?
Dios, que conoce los talentos, pero también las limitaciones de sus hijos, le dijo: «Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes». Piensa en la orden divina dada a Josué: Esforzarse, ser valiente y no desmayar. Había que planificar el cruce del río Jordán, guerrear contra más de treinta reyes cananeos para establecerse en sus tierras, sortear las tierras y repartirlas a cada tribu; con todo el trabajo que había por delante, ¿lograría Josué mantener un espíritu optimista?
Las Escrituras nos cuentan que Josué no decayó y logró con tremendo éxito todo lo que Dios le había encomendado, porque creyó plenamente en la promesa divina: «Yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas». Cada actividad que realizó en cada momento de su vida, este gran líder confió que Dios estaba a su lado sosteniéndolo y ayudándolo para salir victorioso. La certeza en esa promesa fue el antídoto contra el desánimo y la depresión.
En este día, al emprender tus tareas cotidianas, recuerda el mandato divino de esforzarte, ser valiente y no desmayar. Si cumples con lo que Dios requiere de ti, confía en la promesa de que el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.

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EJEMPLOS Y ENSEÑANZAS DE LAS ESCRITURAS
Devoción Matutina para Jóvenes 2022
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
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