12 DE JULIO
LA PRESENCIA DE JESÚS
Al final, la gloria de esta casa será mayor que al principio, y haré que en este lugar haya paz. Lo digo yo, el Señor de los ejércitos (Hageo 2: 9).
NO ES FÁCIL LLEVAR ADELANTE LA CONSTRUCCIÓN EN IGLESIAS de bajos recursos, pero trazando un plan, motivando a la hermandad y pidiendo la bendición divina, es posible avanzar con la construcción del templo.
Así ocurrió en una iglesia en la que me tocó pastorear. Claudia, la directora de construcción, elaboró una lista de todo lo que hacía falta para tener el templo, las aulas de niños, el salón de jóvenes, los baños y la cocina terminados. Mucho ya estaba iniciado, pero ninguna dependencia terminada.
El primer proyecto fue un alero, al frente del templo, que no se había hecho correctamente en años anteriores. Las maderas, por estar expuestas a la intemperie, habían entrado en estado de putrefacción y el alero corría el riesgo de caerse. Luego del voto de la Junta Directiva, Oscar, Gustavo, Marcelo, María y Dora se unieron a Claudia para sacar el alero anterior y hacer uno completamente nuevo.
Al terminar el proyecto del alero, se continuó con las aulas de niños. Fue Mario quien, dejando la iglesia que acostumbraba congregarse, se trasladó para hacerse cargo del proyecto. Como pastor, fue emocionante ver la manera en que Dios fue proveyendo los recursos y el avance que manifestó esa iglesia en materia edilicia.
Un proyecto edilicio mucho mayor se llevó a cabo al término del cautiverio en Babilonia, cuando los israelitas se propusieron reconstruir el templo de Dios. Si bien comenzaron con mucho entusiasmo, luego pararon la obra y el pueblo quedó atrapado en sus propios intereses, olvidándose de la casa de Dios. El Espíritu Santo inspiró al profeta Hageo para que los motivara nuevamente y el templo fuera terminado.
El templo construido por Salomón fue una obra costosa y con un diseño arquitectónico llamativo. El templo que se estaba reconstruyendo luego del cautiverio, al compararlo con el anterior, parecía sombrío y sin vida, pero Dios los animó diciéndoles que «la gloria de esta casa» sería «mayor que al principio». ¿Por qué a la vista divina ese templo tendría más «gloria» que el de Salomón? Porque siglos más tarde ese templo tendría al Hijo de Dios iluminándolo con su presencia.
De igual manera, la vida de cada uno de nosotros, puede ser sumamente atractiva y gloriosa, en la medida que le permitamos a Jesús vivir en nuestro corazón. La presencia de Jesús ilumina, transforma y embellece la vida, así como su presencia llenó de gloria el templo hebreo.

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EJEMPLOS Y ENSEÑANZAS DE LAS ESCRITURAS
Devoción Matutina para Jóvenes 2022
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
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