12 DE NOVIEMBRE
RESPETANDO LA PALABRA
Hablen y vivan como quienes van a ser juzgados por la ley que nos da libertad (Santiago 2: 12).
¿TE HAS DADO CUENTA QUE LA «PALABRA» HA PERDIDO VALOR? Ya casi nadie confía en la palabra de un desconocido, porque sencillamente la duda ocupa el lugar de la confianza.
A modo de ejemplo contaré lo que pasó con Pablo, un joven que se estaba acercando a la iglesia después de haber estado algunos años alejado. Ese sábado de tarde fuimos a visitarlo y relató el éxito que había tenido con un grupo que se había reunido para estudiar la Biblia en su hogar en Semana Santa. Les había hablado con una convicción y una seguridad, que lo habían motivado a volver a la iglesia.
Al conversar con él le sugerí que les permitiera a otros formar parte del grupo, pues había un gran riesgo al tomar el control, ya que él había vivido como un incrédulo hasta algunas semanas atrás. Con un tono de seguridad y firmeza me respondió: «Pastor, yo volví para no irme nunca más. Yo sé que ahora estoy en la iglesia y es para siempre». Al escuchar su respuesta, no dudé más. Creí lo que escuchaba. Cuatro meses más tarde, la junta de iglesia tomó una decisión que no contó con su apoyo y se enojó muchísimo. Airado me llamó por teléfono para cuestionar la decisión de la junta y, aunque trate de explicar las razones de la junta, no quiso escuchar y se alejó de la iglesia.
Días más tarde, al hablar con su esposa, ella trató de justificarlo. Yo le hice ver que la iglesia no siempre puede tomar decisiones que estén de acuerdo a nuestra manera de pensar, y le recordé las palabras: «Pastor, yo volví para no irme nunca más». Su esposa bajó la mirada. Meses más tarde, él estaba nuevamente trabajando en sábado como árbitro de fútbol.
Si bien a nivel social la palabra y las promesas se rompen con total facilidad, los hijos de Dios no debemos actuar con la misma irresponsabilidad. Nuestro Padre eterno nos pedirá cuenta de lo que hemos dicho. Jesús nos advirtió: «Porque por tus palabras serás reivindicado, y por tus palabras serás condenado» (Mat 12:37). ¿Qué explicación le daremos al gran Juez por haber pisoteado nuestras palabras con nuestros actos?
Cuánta sabiduría reflejan las palabras de Santiago: «Hablen y vivan como quienes van a ser juzgados por la ley que nos da libertad». La mejor manera de no faltar a nuestra palabra es haciendo lo que decimos que haremos. Dios nos da el ejemplo al cumplir todo lo que su Palabra ha dicho; nosotros no debemos estar lejos de esa norma.
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EJEMPLOS Y ENSEÑANZAS DE LAS ESCRITURAS
Devoción Matutina para Jóvenes 2022
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
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