14 DE NOVIEMBRE
UNA UNIÓN PELIGROSA
No se unan con los incrédulos en un yugo desigual. Pues ¿qué tiene en común la justicia con la injusticia? ¿O qué relación puede haber entre la luz y las tinieblas? (2 Corintios 6: 14).
«PASTOR, ¿HAY ALGUNA POSIBILIDAD de que usted venga a mi casamiento y haga una oración pidiendo que Dios nos bendiga?», fue la pregunta de Dámaris, una joven veinteañera que meses antes había pedido ser borrada de los registros de la iglesia por su embarazo de soltera. Ahora, intentando «arreglar» su situación, estaba por contraer matrimonio con el padre de su futuro hijo. El joven no era adventista, aunque estaba asistiendo a la iglesia por la insistencia de ella. Yo de verdad apreciaba a esta joven. En muchas oportunidades habíamos conversado sobre diversos temas que le inquietaban, pero tenía una fe fluctuante y eso se reflejaba en su vida eclesiástica. Realmente me sentía en un aprieto, porque deseaba que Dios la bendijera en esta nueva etapa de su vida, pero a su vez sabía que ella había faltado a su fe en dos aspectos: primero, al tener relaciones sexuales sin estar casada, segundo, al hacer planes para casarse con un incrédulo.
¿Cómo interpreta Dios el casamiento «en un yugo desigual»? Si el inconverso es una persona «buena», ¿igualmente desagrada a Dios esa unión o existe alguna excepción? «Los que profesan la verdad pisotean la voluntad de Dios al casarse con incrédulos; pierden su favor y hacen obras amargas, de las que habrán de arrepentirse. La persona incrédula puede poseer un excelente carácter moral; pero el hecho de que no haya respondido a las exigencias de Dios y haya descuidado una salvación tan grande, es razón suficiente para que no se verifique una unión tal. El carácter de la persona incrédula puede ser similar al del joven a quien Jesús dirigió las palabras: “Una cosa te falta” (Mar. 10:21), y esa cosa era la esencial» (Elena G. White, Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 496).
El creyente que se casa con un inconverso, se pone voluntariamente en desventaja espiritual. «Unirse con un incrédulo es ponerse en el terreno de Satanás. Ud. agravia al Espíritu de Dios y pierde el derecho a su protección» (El hogar cristiano, p. 57).
Los adolescentes y jóvenes adventistas necesitan de nuestras oraciones. Son muchos, quizá demasiados, los que abandonan nuestras filas por encontrar al amor de su vida entre incrédulos. Por esta razón debemos interceder para que el Espíritu divino les ayude a tomar decisiones aprobadas por las Escrituras. Nuestra iglesia necesita familias completas, bien constituidas, que gocen de amor abundante por la presencia divina y que se preparen para vivir junto a Jesús.
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EJEMPLOS Y ENSEÑANZAS DE LAS ESCRITURAS
Devoción Matutina para Jóvenes 2022
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
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