17 DE ENERO
LAS PÉRDIDAS DEL PECADO
Tu hermana Sodoma y sus hijas pecaron de soberbias. Era tanto el pan que tenían, y tanto el tiempo que les sobraba, que no se ocuparon de dar fuerzas a los pobres y menesterosos (Ezequiel 16: 49).
ASÍ COMO LO HABÍA HECHO CON NOÉ, Dios le comunicó a Abraham la inminente destrucción que aguardaba a Sodoma y Gomorra. Aunque Abraham sabía que el pecado debía ser juzgado y sancionado, hizo lo que pudo, intercediendo en oración, para que Dios las perdonara si se encontraban en ellas diez personas justas.
Tristemente, ante la mirada del Gran Juez, no se encontraron ni siquiera diez justos que frenaran la ira divina y Dios las destruyó. Ezequiel, ampliando el relato del Génesis agrega: «Tu hermana Sodoma y sus hijas pecaron de soberbias. Era tanto el pan que tenían, y tanto el tiempo que les sobraba, que no se ocuparon de dar fuerzas a los pobres y menesterosos». Esas ciudades llenas de riquezas y bienestar económico ser pervirtieron dándose al pecado y a las pasiones corruptas.
Actualmente no es diferente. «California no es un territorio cualquiera. Cada año varios millones de habitantes se agregan a su población. Es el sexto producto bruto por habitante del mundo. Vive una revolución étnica. La mayoría de su población está compuesta por blancos. Sus gastos sociales son enormes. Se gasta más de un billón [mil millones] de dólares en la construcción de prisiones. Dos billones [dos mil millones] en hacerlas funcionar y mucho dinero para tratar el alcoholismo, el abuso de drogas, el embarazo adolescente, el abuso de menores, la deserción escolar y la dependencia del Welfare [asistencia social]» (Tomás Abraham, La empresa de vivir, p. 385).
¡Cuánto daño produce el pecado cuando se le da lugar! El mundo antediluviano así como Sodoma y Gomorra fueron destruidas por la justicia divina. En estos tiempos, estados como California, pierden enormes cantidades de dinero por tener hombres que viven sin Dios.
En menor escala, cada hombre y mujer que se aparta de la ley divina y se entrega al pecado, también ocasiona grandes pérdidas personales y familiares. No es posible expresar la pérdida que sufren los hijos de un hombre que abandona a su esposa por buscar placer sexual en una mujer más joven; no es posible describir el dolor de los padres al ver que uno de sus hijos se entrega a las drogas; no es posible manifestar la angustia que se apodera del corazón cuando una familia pierde a un ser querido por la imprudencia de un conductor ebrio.
Solo en Jesús hay ganancia. Solo en Jesús hay solución para el problema del pecado y es posible obtenerla obedeciendo su santa ley.

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EJEMPLOS Y ENSEÑANZAS DE LAS ESCRITURAS
Devoción Matutina para Jóvenes 2022
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
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