17 DE FEBRERO
EL VALOR DE LA HUMILDAD
«El honrar al Señor instruye en la sabiduría; para recibir honores, primero hay que ser humilde» (Proverbios 15: 33).

En una cultura en la que todo el mundo busca el reconocimiento y la atención de los demás a través de sus talentos y su personalidad, la humildad parece no tener cabida. Alguien podría preguntar: «¿Para qué ser humilde si tengo motivos para presumir?».
Durante su estancia en Singapur, un genio de las matemáticas de veinte años visitó una universidad de ese país. Se le pidió que resolviera problemas complicados sin recurrir a calculadoras ni computadoras. Alguien le preguntó cuál era la raíz quinta de 6,436,343 y en pocos segundos dio la respuesta: 23. Los profesores de la universidad alabaron al joven.

Se dice que Napoleón era capaz de mantener seis secretarios ocupados escribiendo cartas simultáneamente. Comenzaba a dictarle a uno, seguía con el segundo, el tercero, y así sucesivamente. Finalmente volvía a tomar el hilo del pensamiento de la primera carta con el primer secretario. Por cierto, esta capacidad es notable, pero recordemos que Napoleón tenía un pésimo carácter. Tendemos a sobrevalorar los talentos de los demás en detrimento de su carácter. Entonces, ¿qué importancia tiene la humildad?

La humildad nos acerca a Jesús. Él dijo: «Aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso» (Mateo 11:29). La humildad consiste en reconocer que lo que somos y lo que tenemos se lo debemos a Dios. Por ejemplo, Pablo reconocía que llegar a ser apóstol era el resultado de la obra de Dios, no de sus habilidades o talentos: «Doy gracias a aquel que me ha dado fuerzas, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me ha considerado fiel y me ha puesto a su servicio» (1 Timoteo 1: 12).

En su novela Coloquio de los perros, Miguel de Cervantes, el más grande escritor español, afirmó: «La humildad es la base y fundamento de todas las virtudes, y que sin ella no hay alguna que lo sea». Por eso el apóstol aconseja: «Del mismo modo ustedes, los jóvenes, deben obedecer la autoridad de los líderes de la iglesia. Todos deben tratarse con humildad, pues […] “Dios se opone a los orgullosos, pero brinda su ayuda a los humildes”» (1 Pedro 5: 5, TLA).

Y tú, ¿quieres gozar de la ayuda de Dios o de su rechazo?

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DECIDETE HOY
Devoción Matutina para Jóvenes 2024
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
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