18 DE AGOSTO
INTERCEDIENDO EN ORACIÓN
Lo saluda Epafras, que es uno de ustedes. En sus oraciones, este siervo de Cristo siempre está rogando por ustedes con gran preocupación, para que ustedes se mantengan firmes y sean completamente perfectos en todo lo que Dios quiere (Colosenses 4: 12).
EPAFRAS FUE UN SIERVO DE DIOS y compañero de ministerio del apóstol Pablo. Solo se lo menciona tres veces en las Escrituras, pero las descripciones que se hacen de él las desearíamos tener todos los hijos de Dios.
En esta ocasión solo me detendré en un aspecto sobresaliente de la vida de Epafras: La oración intercesora. Pablo había observado la vida devocional de Epafras y sabía que este hombre no oraba solo por sus necesidades personales. Al contrario, cuando elevaba sus súplicas a Dios, rogaba por sus hermanos de Colosas para que se mantuvieran «firmes y sean completamente perfectos en todo lo que Dios quiere». ¡Qué oración y qué pedidos! Su modo de orar no era como quien lo hace por obligación o para cumplir un requisito, sino que rogaba «con gran preocupación» por sus hermanos como lo haría un «siervo de Cristo».
Nosotros también podemos abrir el horizonte de nuestras oraciones intercediendo por nuestro cónyuge, nuestros hijos, familiares, amigos y compañeros de trabajo, hermanos de iglesia y hasta por las situaciones sociales que sacuden el mundo. «Como adventistas, que conocemos bien las señales del tiempo del fin, miramos con frecuencia las noticias con un sentido profético e inexorable. “Más señales de los tiempos”, decimos, “Jesús viene pronto”. Algunas veces, nuestra “observación de las señales” instila una sutil indiferencia en nuestras actitudes hacia la humanidad sufriente […] o, cuando menos, una sensación de desamparo. ¡Pero hay algo que podemos hacer!: podemos orar. Cada una de esas noticias representa vidas, gente real que sufre, personas desesperadas que necesitan de Jesús. Lea el periódico con los ojos y el corazón de Cristo, y pida a Dios que intervenga misericordiosamente en los asuntos de la humanidad» (Randy Maxwell, Si mi pueblo orara, pp. 116-117).
En una lectura rápida de las Sagradas Escrituras, Epafras podría pasar casi inadvertido, pero no así ante la vista de Dios. Nuestro Padre lo veía y lo escuchaba siempre rogando encarecidamente en sus oraciones y de la misma manera escuchará nuestras plegarias, aunque pasemos inadvertidos ante el mundo que nos rodea. La oración intercesora es una oración que todo cristiano debería practicar, porque es una oración desprovista de egoísmo.

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EJEMPLOS Y ENSEÑANZAS DE LAS ESCRITURAS
Devoción Matutina para Jóvenes 2022
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
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