20 DE NOVIEMBRE
LA HOMOSEXUALIDAD ES PECADO
A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón se llenó de oscuridad (Romanos 1:21).
EL 2010 FUE UN AÑO DE DEBATES JUDICIALES EN LA REPÚBLICA ARGENTINA porque comenzó el proyecto de ley nacional para aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo. Con relación a este tema, me fue posible escuchar por los medios a una abogada con una voz suave, pero firme: «¿Qué tiene de malo la homosexualidad o el lesbianismo? Si un hombre quiere tener sexo con otro hombre, ¿cuál es el problema? Si una mujer desea acostarse con otra, ¿por qué está mal? Cada persona tiene derecho a elegir su propia sexualidad, mientras no obligue, someta o hiera la sensibilidad de otra persona».
Pablo le escribió a la iglesia de Roma advirtiéndoles que las prácticas sexuales que ellos veían en su sociedad diferían del plan de Dios. Pablo expresa que estos hombres, por haber rechazado al Dios creador y su eterno poder, «se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón se llenó de oscuridad». ¿Qué nos quiso decir? Sigamos con el razonamiento de la abogada que antes mencioné. Supongamos que un hombre desea casarse con su hija. Si no le hacen daño a nadie y ella consciente, ¿qué tiene de malo que se casen? Supongamos que una mujer quiere casarse con su mascota, y ambos parecen felices. Si no perjudican a nadie, ¿justifica semejante depravación la aprobación de una ley nacional? El razonamiento de la abogada muestra un corazón entenebrecido por el pecado, porque el hecho de que alguien «no le haga mal a otro» no justifica su accionar.
El casamiento de un hombre con otro hombre es pecado; el casamiento de una mujer con otra es pecado; el casamiento de un padre con su hija es pecado y el casamiento de una mujer con su mascota también quebranta la ley de Dios. Este es el razonamiento bíblico. Solo la relación entre un hombre y una mujer cuenta con la aprobación divina.
A todo esto, Elena G. White advierte: «La obra de Dios debe ser llevada hacia adelante y hacia arriba con firmeza. Y ello no podrá lograrse a menos que la sensualidad que corrompe el ser entero sea separada de la experiencia religiosa […] En ocasión del juicio ejecutivo de Dios, ni una partícula de impureza sodomita escapará de la ira de Dios» (Testimonios acerca de la conducta sexual, adulterio y divorcio, p. 136).
Que Dios nos dé la fuerza y la convicción para buscar cada día la pureza y la inocencia que Cristo ejemplificó en esta tierra.
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EJEMPLOS Y ENSEÑANZAS DE LAS ESCRITURAS
Devoción Matutina para Jóvenes 2022
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
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