21 DE ENERO
APLAUDIDO POR EL CIELO
Por la fe, cuando Abraham fue puesto a prueba, ofreció a Isaac […] Abraham sabía que Dios tiene poder incluso para levantar a los muertos; y en sentido figurado, de entre los muertos lo volvió a recibir (Hebreos 11: 17, 19).
NO EXISTE REGISTRO EN TODA LA BIBLIA que mencione una prueba tal en la que Dios le haya pedido a un padre que sacrifique a su hijo, salvo a Abraham. ¿Te preguntaste alguna vez por qué Dios probó al patriarca así?
Antes de responder la pregunta, repasemos la vida de este hombre de Dios. Si bien Abraham es llamado el padre de la fe, esta no siempre fue robusta y firme. Olvidando las promesas de prosperidad y protección divinas, cuando Abraham estuvo frente al Faraón egipcio y frente a Abimelec, rey de los filisteos, recurrió a la mentira cuando dijo que Sara era su hermana. ¿Cómo podía Dios abandonarlo a manos de reyes paganos si le había prometido que de su descendencia las familias de la tierra recibirían bendición? Fue ilógico dudar de semejante promesa, pero esta es una triste realidad hasta nuestros tiempos.
Tiempo más tarde, el patriarca mostró una débil fe cuando aceptó la sugerencia de Sara al tomar a Agar por esposa. La lógica humana le decía a Abraham que no era posible que Sara concibiese. Pero, el Dios al que servía, ¿no tenía poder para que una anciana pudiese dar a luz un hijo?
Respondiendo a la pregunta que iniciamos el tema de hoy, Elena G. White nos dice: «Por haber demostrado Abraham falta de fe en las promesas de Dios, Satanás le había acusado ante los ángeles y ante Dios de no ser digno de sus bendiciones. Dios deseaba probar la lealtad de su siervo ante todo el cielo». Es decir, si Abraham no hubiera flaqueado, posiblemente nunca habría recibido una prueba semejante. Por esta razón Dios le pidió algo casi imposible: ofrecer en sacrificio a su hijo Isaac. En el transcurso de la prueba «todo el cielo presenció absorto y maravillado la intachable obediencia de Abraham. Todo el cielo aplaudió su fidelidad» (Patriarcas y profetas, pp. 150-151).
Si bien Abraham tuvo momentos de debilidad, la trayectoria de su vida muestra un crecimiento constante hasta alcanzar la sima de los héroes de la fe. Su nombre, en las Escrituras, es sinónimo de fidelidad, obediencia y amor incondicional a Dios.
A través de su ejemplo, nuestro Padre celestial nos invita a imitar la fe de este gran patriarca. Confianza en las promesas divinas y obediencia a su Palabra son las cualidades necesarias para que «todo el cielo» aplauda nuestra fidelidad.
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EJEMPLOS Y ENSEÑANZAS DE LAS ESCRITURAS
Devoción Matutina para Jóvenes 2022
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
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