25 DE JULIO
JEHOVÁ RESTAURARÁ EL MUNDO
Los saqueadores despojaron a Jacob, ¡estropearon las viñas de Israel! Pero el Señor restaurará su antigua gloria (Nahúm 2:2).
EL LIBRO DE NAHÚM habla únicamente sobre la caída de Nínive. Esta gran urbe se había hecho famosa por las rameras que pululaban en las calles y por la brujería que se practicaba de manera abierta. En su profecía, Nahúm describe el inminente juicio de Dios sobre una ciudad que incitaba a otras ciudades a prostituirse. De manera gráfica, el profeta nos dice: «¡Ay de ti, ciudad sanguinaria! ¡Rebosando estás de mentira y de rapiña, pero no renuncias al pillaje! […] ¡Ramera de cara bonita, maestra en hechizos! ¡Con tus muchos encantos y tu procaz liviandad sedujiste a pueblos y naciones!» (Nah. 3: 1,4).
Esta descripción de la decadencia moral trajo a mi memoria lo que les sobre la terrible vida que llevó Doreen durante su juventud. Fue adicta a las drogas y para pagar su adicción, ejerció la prostitución. Casi sin darse cuenta se relacionó con un líder satanista que la inició en la adoración a Satanás y en la magia negra. Su poder como bruja creció enormemente y llegó a convertirse en «Diana», la reina mundial de las brujas, durante un año.
Doreen ignoraba los planes que Dios tenía para su vida y fue en una campaña evangelizadora llevada a cabo por el pastor Eric Hutchinsgs, cuando Jesús llegó a su vida. La lucha fue tremenda, no solo para vencer su adicción a las drogas sino también a los demonios, que luchaban para retener a su víctima. La oración propia y de quienes deseaban su salvación y una entrega decidida a Cristo hicieron que Doreen experimentara el nuevo nacimiento.
«En los últimos años – dice Doreen-, la brujería, el satanismo, el espiritismo y otros cultos malvados se han multiplicado extraordinariamente. El ocultismo se ha extendido por todo el mundo como un cáncer maligno. Creo que es mi deber prevenir contra esas prácticas, pues me he encontrado con mucha gente joven cuyas vidas han sido arruinadas por mezclarse con lo oculto y con el mal» (David Marshall, El diablo al asecho, p. 95).
Aunque las grandes ciudades de hoy conviven con el uso de drogas, la prostitución y las hechicerías, «el Señor restaurará» la gloria de Jacob. Así como Nínive experimentó el juicio divino y dejó de ser, este mundo también lamentará sus malas acciones cuando Jesús regrese. Por eso, los hijos de Dios no debemos desanimarnos ante la maldad reinante. No durará para siempre. Nuestro Dios restaurará la gloria y la santidad edénica que el pecado nos arrebató y nunca más conviviremos con el mal.

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EJEMPLOS Y ENSEÑANZAS DE LAS ESCRITURAS
Devoción Matutina para Jóvenes 2022
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
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