01 DE AGOSTO
UN CANTO DE GRATITUD

«David entonó este canto al Señor cuando el Señor lo libró de caer en manos de Saúl y de todos sus enemigos» (2 Samuel 22: 1).

Siempre es bueno iniciar cualquier proyecto con una oración y concluir cada actividad con una oración de gratitud; aun cuando el resultado no haya sido exactamente como esperábamos. Después de todo, solo Dios sabe qué es lo mejor para cada uno. El autor del segundo libro de Samuel coloca casi al final de su obra (y casi al final de la vida del rey David) una oración de gratitud. Sobre todo, un reconocimiento a Dios en donde le concede todo el crédito de sus logros porque Dios bendijo no solo su reinado, sino también su vida. Este canto lo encontramos en el capítulo 22.
La vida de David no fue fácil. A lo largo de su existencia fue atacado de diferentes maneras. Al principio, por los osos y leones que amenazaban su rebaño; sus hermanos lo consideraban inferior por su oficio pastoril; el rey Saúl intento quitarle la vida en el propio palacio al arrojarle la lanza y durante diez años lo persiguió; enfrentó a muchas naciones y gigantes en donde sobresalen los filisteos; por último, enfrentó la sublevación de su propio hijo Absalón. Todo esto, sin contar los retos del día a día de su reinado.
Por eso David compuso esta alabanza en donde destaca diferentes atributos divinos. Por ejemplo: él es nuestro «fuerte». Estar de lado de Dios significa que estamos resguardados de tal manera que podemos resistir los ataques del enemigo. Además, Dios es nuestra «roca». La roca transmite constancia, seguridad y estabilidad. Le permite a nuestro cuerpo permanecer seguro. Dios también es nuestro escudo: Jesucristo, en su misericordia, es nuestro escudo humano porque él ya atravesó el áspero camino que hoy a nosotros nos corresponde recorrer. Cuando estamos de su lado, podemos confiar que el Señor nos cuida y nos defiende, pues es más poderoso que cualquier treta del enemigo, por astuta que esta sea.
Además de estas cualidades que conllevan la idea de resguardo en una batalla, Dios nos garantiza la salvación eterna al presentarse como nuestro «Libertador» y «Salvador». Estos términos nos comparten la sublime verdad de que Dios no solo quiere que prosperemos en este mundo, sino que seamos ciudadanos del reino de los cielos; el lugar adonde nos quiere llevar a vivir con él para estar unidos por siempre.

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Devoción Matutina Para Menores 2023
Narrado por: Linda Rumrrill
Desde: Gran Canaria, España
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