03 DE MAYO
HOBAB: UNA CORDIAL INVITACIÓN

Un día Moisés le dijo a su cuñado Hobab, hijo de Reuel el madianita: “Nosotros nos vamos al país que el Señor ha prometido darnos. Ven con nosotros y te trataremos bien, pues el Señor ha prometido tratar con bondad a Israel”» (Números 10:29).

No fue fácil emprender la marcha después de casi un año en el monte Sinaí. Aún no conocían los rigores del desierto; más bien, cómodamente recibían el maná afuera de su tienda de campaña todos los días. Cuanto más cómodos vivimos más desafiante es hacer modificaciones, pero no hay crecimiento sin cambio. Satanás prefiere que nos estanquemos en la complacencia, sin embargo, bajo esas circunstancias no hay desarrollo en ninguna área de nuestra vida. Dios no llamó a Israel al Sinaí, sino a la tierra que fluye «leche y miel» (un modismo que refiere la abundancia de Canaán).
Justo antes de partir, Moisés invitó a Hobab, su cuñado. La primera reacción de Hobab fue rechazar, pues vivía cerca del Sinaí prósperamente. Pero Moisés insistió: «No te vayas […] “Si vienes con nosotros, compartiremos contigo todo lo bueno que el Señor nos conceda”» (vers. 31-32). Ante el entusiasmo de Moisés, inferimos que Hobab aceptó, pues Jueces 1: 16 y 4:11 hablan de los descendientes de Hobab como parte del pueblo de Dios.
De esta invitación aprendemos lo siguiente: sí bien es cierto que Dios mismo era el guía supremo, eso no descartaba el criterio humano y el sentido común. Hobab conocía bien el camino que iban a recorrer. Sin embargo, la razón primordial por la cual Moisés lo invitó era su deseo de que sus parientes participaran de las bendiciones celestiales, fueran salvos y formaran parte del pueblo elegido. Hoy, nosotros como peregrinos, rumbo a la Patria celestial tenemos el privilegio de invitar a quienes nos encontramos en el trayecto a que se unan a nuestra fe y esperanza, a que compartan nuestro camino al reino de los cielos. Es sensato empezar con nuestra familia. Quizá, pienses de antemano que tal o cual persona no aceptará, pero puedes insistir como Moisés. Diles lo que Dios nos va a compartir. Ellos son valiosos y podrán aportar mucho de sus talentos para el bien común, así como Hobab compartió su sabiduría durante el trayecto. Puedes invitar con tus palabras, pero también con una libro o revista. Hazlo, ese es tu deber. Si aceptan o no, esa es la tarea del Espíritu Santo.
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SIGUIENDO LAS HUELLAS
Devoción Matutina Para Menores 2023
Narrado por: Linda Rumrrill
Desde: Gran Canaria, España
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