05 DE DICIEMBRE
LA DILIGENCIA VS. LA NEGLIGENCIA
El perezoso desea y no consigue; el que trabaja, prospera (Proverbios 13: 4).
El libro de Proverbios es intolerante contra la gente perezosa. El autor se vale de figuras para irónicamente destacar la debacle en la vida de quienes no quieren esforzarse ni para comer. Estas son algunas de las actitudes que caracterizan al perezoso registradas en 26: 13-16:
«En la calle hay un león al acecho».
El perezoso gira en la cama como la puerta gira en sus bisagras.
«Mete la mano en el plato, pero luego es incapaz de llevársela a la boca».
«Se cree más sabio que siete personas que saben responder».
Dios concedió el trabajo como una bendición para el ser humano, aunque en la actualidad muchos procuran denigrarlo, otros lo consideran una maldición y unos más desean ganar mucho dinero con el menor esfuerzo. Nunca fue la intención divina que el trabajo se percibiera como maldición. El origen del trabajo se remonta a la misma creación de la primera pareja. Las labores de ellos eran cuidar y cultivar la tierra (Génesis 2: 15). Cuando Dios los sacó del Jardín del Edén, les ordenó trabajar no por treinta o cuarenta años, sino toda su vida (3:19). Por otra parte, si te fijas, el cuarto mandamiento además de ordenar un día de descanso, también ordena trabajar seis días. Desobedecemos el mandamiento cuando no descansamos el sábado, así como cuando no trabajamos los seis días (Éxodo 20:9).
Algunas de las bendiciones y satisfacciones al desempeñar bien nuestras labores consisten en desarrollar nuestras capacidades, ser personas confiables y estar listos para nuevas responsabilidades. Por ejemplo, José fue fiel a su labor, eso lo preparó para gobernar Egipto. David fue eficiente al cuidar sus rebaños y llegó a ser rey de Israel. Josué fue fiel a Moisés y se convirtió en su sucesor.
Algunos se limitan a establecer buenos proyectos, planes que deslumbran y mucho entusiasmo; incluso, llegan a compartir sus ideales, el problema es que nunca comienzan; otros comienzan, pero no concluyen nada. En cuanto a esto, el proverbista escribió: «De todo esfuerzo se saca provecho; del mucho hablar, solo miseria» (Proverbios 14: 23).
De nada sirve el talento, la inteligencia, la riqueza… si no eres persistente en lo que emprendes.
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SIGUIENDO LAS HUELLAS
Devoción Matutina Para Menores 2023
Narrado por: Linda Rumrrill
Desde: Gran Canaria, España
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