08 DE OCTUBRE
CUIDADO CON EL AUTOENGAÑO
¡Ay de los que ansían que llegue el día del Señor! ¿Saben cómo va a ser para ustedes ese día? Será día de oscuridad, y no de luz» (Amós 5:18).
Muchos israelitas tenían puesta su esperanza en «el Día del Señor». Entendían ese día como la ocasión cuando el Señor iba a castigar el pecado de las naciones que los asediaban. Además, consideraban que en ese día Dios los bendeciría y los vindicaría, por lo tanto, sería un día de celebración. Sin embargo, nada de eso iba a ocurrir, más bien sería el día de la condenación. Puedo visualizar la reacción de muchos al escuchar las «atrevidas» palabras de este extraño profeta: les anticipa que en lugar de luz habría oscuridad; en vez de liberación, condenación. La razón, Israel como nación iba a enfrentar el juicio como cualquier otra nación, ya que sus pecados eran como los de las demás naciones.
Ya que ellos se jactaban de ser parte del pueblo de Dios, estaban seguros de su posición, más el profeta les dice que enfrentarían oscuridad. Esta condición implica inseguridad e incertidumbre. Ten en cuenta que Dios no se dirige a personas idólatras dentro de su pueblo, sino a personas con prácticas correctas, que creían adorarlo correctamente y poseedoras de la verdad: se reunían en solemnes asambleas, ofrecían los sacrificios prescritos en el lugar indicado; además, cantaban (vers. 21-23), pero sus corazones y conducta estaban lejos de Dios.
Lo que muchos no reconocen es que, si la adoración no te conduce a vivir en compañerismo con Dios, entonces son solo emociones pasajeras y la «adoración» es la forma de liberarlas; asimismo, colocar la mano sobre un animalito previo a su sacrificio no tenía ningún valor si los oferentes no se apartaban de sus pecados. Es decir, para muchos, su relación con Dios se basaba en la costumbre; no disfrutaban de vivir en pacto con el Señor. En ese contexto, no estaban listos para el Día del Señor. Ese día, si la gente quería escapar al campo para evadir al león, iban a ser encontrados por el oso; por otra parte, si alguien razonaba que era más seguro permanecer en casa, la culebra los visitaría. No iba a existir algún lugar seguro (vers. 19).
No te equivoques en pensar que por acudir a la iglesia el día correcto para leer la Biblia, ofrendar, cantar o tocar algún instrumento te garantiza la salvación. Tampoco pienses que por pertenecer a un club ya estás seguro. No te autoengañes pensando que las actividades te salvan.
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SIGUIENDO LAS HUELLAS
Devoción Matutina Para Menores 2023
Narrado por: Linda Rumrrill
Desde: Gran Canaria, España
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