09 DE NOVIEMBRE
EL SACRIFICIO DEL REY
Y si alguien le pregunta: “¿Pues qué heridas son esas que traes en el cuerpo?”, él contestará: “Me las hicieron en casa de mis amigos” (Zacarías 13: 6).
La razón primordial por la que Jesús vino a esta tierra fue morir por nosotros. A pesar de sus milagros sorprendentes y sus enseñanzas maravillosas, no fueron la razón principal para que el Hijo de Dios asumiera un cuerpo como el nuestro. La muerte de Jesús en la cruz en el monte Calvario es la mejor manera de empezar a entender el amor de Dios sin palabras; Jesucristo vino a este mundo de maldad, dolor e injusticia para enfrentar esas mismas atrocidades que son consecuencia del pecado. De tal manera que se puso a nuestro nivel para ser no solo nuestro Salvador sino también nuestro Intercesor.
Si bien es cierto que la muerte de Jesús era un hecho anticipado desde antes que apareciera la maldad, también es cierto que el enemigo se sobrepasó en cuanto al maltrato que le ocasionó. Después de todo, ¿qué sentido tenía maltratar, golpear y escupir a alguien que ya había sido sentenciado a la muerte de cruz? La crucifixión implicaba traspasar las manos y los pies, pero herirle las sienes y el costado estaba de más. Sus sienes fueron traspasadas con la corona de espinas que le fue colocada en señal de burla por llamarse rey de los judíos; su costado fue traspasado con el objetivo de asegurarse de su muerte. Así se cumplieron las palabras de Jesús que registra el apóstol Pablo: «”Esto es mi cuerpo, que por ustedes es partido; hagan esto en mi memoria”» (1 Corintios 11: 24).
El único recuerdo del pecado serán las marcas de la crucifixión; marcas que nos recordarán su amor y el hecho de que él ocupó nuestro lugar para pagar el precio de nuestra salvación. En consecuencia, seremos impulsados a adorarlo eternamente. En cuanto a esto, Elena White escribió: «Solo queda un recuerdo: nuestro Redentor llevará siempre las señales de su crucifixión. En su cabeza herida, en su costado, en sus manos y en sus pies se ven las únicas huellas de la infame crueldad del pecado […] La cruz de Cristo será la ciencia y el canto de los redimidos durante toda la eternidad. En el Cristo glorificado contemplarán al Cristo crucificado» (¡Maranta! El Señor Viene, pág. 362).
Hoy puedes contemplar la obra perfecta de Jesucristo en la cruz para garantizar tu salvación; en consecuencia, agradecerle y adorarle.
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SIGUIENDO LAS HUELLAS
Devoción Matutina Para Menores 2023
Narrado por: Linda Rumrrill
Desde: Gran Canaria, España
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