16 DE MARZO
«JEHOVÁ-RAPHA»

Moisés pidió ayuda al Señor, y él le mostró un arbusto. Moisés echó el arbusto al agua, y el agua se volvió dulce. Allí el Señor los puso a prueba, y les dio una ley y una norma de conducta» (Éxodo 15: 25).

Cuando la gente enfrenta una crisis puede mostrar lo mejor o lo peor de sí. Especialmente, lo que más preocupa y causa ansiedad es cuando no se pueden satisfacer las necesidades básicas: la comida, el agua, la casa y la ropa. El pueblo de Israel tenía que aprender a confiar en Dios. De hecho, la mayoría nunca aprendió y murió en el trayecto sin llegar a Canaán. Ante cualquier adversidad, de inmediato proponían regresar a Egipto. En realidad, Dios sacó a Israel de Egipto en una noche, desafortunadamente, para muchos de ellos Egipto salió de su corazón después de cuarenta años.
Cuando el pueblo tuvo necesidad de agua y de comida se abalanzó contra Moisés y lo culpó de su situación. De ahí en adelante, una de sus características fue la murmuración constante. Actitud que debemos evitar ante cualquier adversidad actual, sería más sensato orar a Dios con fe. Jesús enseñó que no debemos angustiarnos por lo que se preocupa la gente que no lo conoce: «Así que no se preocupen, preguntándose: “¿Qué vamos a comer?” O “¿Qué vamos a beber?” O “¿Con qué vamos a vestirnos?” » (Mateo 6: 31). Su promesa es satisfacer estas necesidades.
El pueblo sediento vio esperanzado el agua de Mara, pero terminaron decepcionados, pues descubrieron que era agua amarga. Dios intervino y le ordenó a Moisés que arrojara un árbol al agua, Moisés obedeció y al instante se endulzó. La enseñanza es que solo la presencia de Jesús puede cambiar lo ordinario de la vida como comer, vestir y beber agua en una experiencia extraordinaria. Sin Jesús en nuestra vida, nuestro entorno será amargo y tarde o temprano ese sentimiento nos invadirá.
Ese día Dios se reveló a Israel con un nuevo nombre: Jehová Rapha, significa «Dios sanador». Dios pudo curar el agua impotable para que el pueblo se refrescara en el desierto y satisficiera a esa necesidad básica. Asimismo, si el pueblo estaba dispuesto a acatar las leyes sanitarias y de alimentación que muy pronto Dios les daría, el resultado sería salud y bienestar. Tendrían una mejor calidad de vida si obedecían a Dios incondicionalmente.
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SIGUIENDO LAS HUELLAS
Devoción Matutina Para Menores 2023
Narrado por: Linda Rumrrill
Desde: Gran Canaria, España
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