19 DE JUNIO
OTONIEL

«El espíritu del Señor vino sobre Otoniel, el cual acaudilló a los israelitas; salió a la batalla, y el Señor le dio la victoria sobre Cusan-risataim» (Jueces 3:10).

El nuevo hogar de Otoniel y Acsa sufrió las consecuencias de la desobediencia de Israel. El pueblo cayó en la esclavitud a manos de Cusan-Risataim, rey de Mesopotamia. Sin duda, desde el principio de la opresión Otoniel y Acsa oraron para que Dios interviniera cuanto antes, pero ese no era el sentir de la mayoría. Si Dios hubiera librado a Israel desde el principio, la gente hubiera atribuido su libertad «a los baales» (vers. 7). Por eso tuvieron que transcurrir ocho años difíciles. Después que muchos habían intentado librarse del opresor por métodos humanos y nada había resultado, la nación clamó a Dios y el Señor suscitó al primer juez (libertador) en la persona de Otoniel.
¿Por qué cayeron en esa opresión? Los israelitas vivían en Canaán no porque fueran mejores, más fuertes o poderosos que los habitantes de las naciones que los rodeaban, sino porque existía una diferencia fundamental entre ellos y sus vecinos: Israel adoraba a Dios. Así, lo reconocían como el Creador y Benefactor de toda bendición recibida; por otras partes, los habitantes de otras naciones adoraban ídolos y a ellos les atribuían las bendiciones recibidas. En el momento en que Israel empezó a adorar ídolos, se borró lo único que los diferenciaba de los demás; en consecuencia, vino la opresión.
Sin embargo, el Espíritu de Dios puede romper cualquier opresión sin importar el tiempo que tenga a alguien esclavizado. El Espíritu de Dios vino sobre Otoniel porque era el más receptivo a la influencia divina. El resultado fue una contundente victoria sobre el enemigo. Entonces Israel vivió cuarenta años de paz. En cambio, la Biblia presenta a Jesús cuyo efecto de su obra es eterno. Si hoy lo aceptas como tu libertador, su paz y bendición nunca cesarán.
No olvides el propósito del Libro de los Jueces: Dios quiere hacerte un triunfador. No desea que nada te esclavice. Si hoy algún pecado te agobia o experimentas temor a tomar decisiones acertadas, él te ayudará. No importa cuál sea tu enemigo, solo mediante el Espíritu de Dios podrás ser un vencedor. El apóstol Pablo le escribió a Timoteo: «Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder, de amor y de buen juicio» (2 Timoteo 1: 7). Esta promesa es tuya, solo asegúrate de vivir en pacto con Dios y reconócelo como tu Señor y Salvador. El resultado será éxito y paz.
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SIGUIENDO LAS HUELLAS
Devoción Matutina Para Menores 2023
Narrado por: Linda Rumrrill
Desde: Gran Canaria, España
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