20 DE AGOSTO
ENCUENTRO EN EL MONTE CARMELO
«Acab, hijo de Omrí, comenzó a reinar en Israel […] Pero su conducta fue reprobable a los ojos del Señor, e incluso peor que la de los reyes anteriores a él» (1 Reyes 16: 29-30).
Acab permitió que su esposa Jezabel estableciera a Baal como dios de Israel, así como a Astarte. Baal era considerado el dios de la fertilidad, que además enviaba lluvia y permitía abundantes cosechas; Astarte fungía como esposa de Baal. La gente participaba en ritos que involucraban actos de inmoralidad. Por lo tanto, la forma como Dios evidenció su poder fue mediante una sequía; en consecuencia, no habría cosechas. De esa manera Dios demostraría que él envía la lluvia y permite que el alimento llegue hasta las mesas de los hogares. La sequía duró tres años y medio y preparó a la gente para lo que aconteció en el Monte Carmelo. Ese tiempo fue suficiente para que la gente reconociera la incapacidad de Baal y estuvieran dispuestos a aceptar a Dios.
En el Monte Carmelo se dieron cita cuatrocientos cincuenta profetas de Baal y cuatrocientos profetas de Astarte. De parte de Dios, solo Elías. Entonces el profeta presentó el desafío: «¿Hasta cuándo van a continuar ustedes con este doble juego? Si el Señor es el verdadero Dios, síganlo a él, y si Baal lo es, a él deberán seguirlo» (1 Reyes 18: 21). Elías puso las reglas «del juego»: levantarían un altar, sacrificarían animales y los falsos profetas orarían a Baal, si este respondía enviando fuego, entonces era el dios verdadero. Por otra parte, Elías haría lo propio y si Dios respondía enviando fuego, sería la señal para matar a los falsos profetas, destruir los sitios de idolatría y renovar su pacto con el Señor.
En vano los falsos profetas gritaron, se produjeron heridas en sus cuerpos, sin ninguna respuesta. Entonces Elías clamó a Dios: «i Respóndeme, Señor; ¡respóndeme, para que esta gente sepa que tú eres Dios, y que los invitas a volverse de nuevo a ti!» (vers. 37).
Si bien que descienda fuego del cielo no es una señal absoluta para seguir a Dios, en ese momento sí lo era. Antes de que Jesús venga por segunda vez, la gente deberá tomar una decisión definitiva de seguir o no seguir a Dios. En ese contexto la prueba será más difícil, pues Dios no impedirá al enemigo que falsifique el fuego (Apocalipsis 13: 13). Para no ser engañados, siempre será fundamental depender de lo que dice la Biblia, y no de las pruebas que algunos puedan realizar.

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SIGUIENDO LAS HUELLAS
Devoción Matutina Para Menores 2023
Narrado por: Linda Rumrrill
Desde: Gran Canaria, España
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