22 DE DICIEMBRE
RIQUEZA MATERIAL
El que confía en sus riquezas, caerá como hoja seca, pero los justos reverdecerán como las ramas (Proverbios 11: 28).
El asunto es, ¿dónde tienes puesta tu confianza? Hay un contraste entre los que confían en Dios y los que confían en las riquezas. No obstante, la generalidad es que las personas coloquen su confianza en los bienes materiales. Por desgracia, muchos eligen a qué se van a dedicar con base en el nivel de vida que llevan personas que estudian ciertas profesiones. Si bien es cierto que esto es un factor a considerar, no es el único. Escuché a una maestra preguntar a sus alumnos: «¿Qué esperan lograr después de terminar sus estudios?». De diez estudiantes, siete respondieron: «Hacer dinero». La idea de un servicio altruista está fuera de la cosmovisión de quienes no reconocen a Dios como el divino benefactor; menos la idea de diezmar u ofrendar.
Sin embargo, de acuerdo a la Biblia el contraste es evidente: unos son hoja verde y los otros son hoja seca. La diferencia la marca en dónde han puesto su confianza. El apóstol Pablo enfatiza el mismo principio en 1 Timoteo 6: 17: «Inculca a los ricos de este mundo que no sean arrogantes y que no pongan su esperanza en algo tan inseguro como el dinero, sino que la pongan en Dios que nos concede disfrutar de todo en abundancia» (BLPH).
Del anterior versículo entendemos que Dios bendice, y además nos concede la oportunidad de disfrutar lo que nos da. Jesús nunca se refirió a la escasez de recursos como una virtud que vuelva mejor a tales personas; tampoco prometió abundancia de bienes materiales a quienes lo siguieran. Además, nunca le pide a nadie que deje sus bienes como condición para ser cristiano, lo que sí prohíbe es colocar la confianza en dichos bienes. Una de las razones de devolver el diezmo y ofrendar es precisamente demostrar que confiamos en Dios sobre todas las cosas.
El proverbista anticipa que habrá ocasiones que una persona deberá elegir entre la riqueza o la sabiduría, entonces amonesta a optar por lo segundo. Por ejemplo, ser honestos es cuestión de sabios, y si por ganar dinero sacrificarás la honestidad o dignidad, entonces demuestras falta de sabiduría (28: 6).
Ante todo, ninguna cantidad de riqueza puede concederte la justicia de Jesús que es lo único que te da derecho a entrar al reino de los cielos. Así que es sabio preferir a Jesús sobre cualquier bien pasajero. En cuanto a esto, el sabio escribió: «De nada servirán las riquezas el día del juicio, pero la justicia libra de la muerte» (11:4). Se refiere a la justicia de Cristo. ¡Esa, es un regalo!
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SIGUIENDO LAS HUELLAS
Devoción Matutina Para Menores 2023
Narrado por: Linda Rumrrill
Desde: Gran Canaria, España
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