23 DE AGOSTO
JOSAFAT
«El Señor estuvo con Josafat, porque procedió como David, su antepasado, lo había hecho al principio. No sirvió a las diversas representaciones de Baal» (2 Crónicas 17: 3).
Josafat fue hijo de Asa y de Azuba. Reinó en Judá durante veinticinco años. Tenía treinta y cinco cuando comenzó a reinar. Al final de su reinado el balance de su gestión es positivo. Se le recuerda como alguien que anduvo en los buenos caminos de su padre (1 Reyes 22: 43) así como del rey David. En cuanto a las buenas obras que Josafat implementó es que extendió el territorio de la nación y terminó la tarea de quitar los ídolos de los lugares altos (2 Crónicas 17: 6).
Por otra parte, el rey decidió enviar a los príncipes a organizar al pueblo de tal manera que los levitas pudieran transmitirles regularmente las enseñanzas de la ley. Hoy también para nosotros esta es la base para un verdadero reavivamiento. En nuestro caso, con mayores ventajas que las que el pueblo tuvo en su momento, pues tenemos más información que la historia atestigua. En el caso de ellos era un estudio del Pentateuco (vers. 7-9).
Otro factor que favoreció el desarrollo de la nación en el reinado de Josafat fue la paz que tuvo Judá con las demás naciones, esto le dio oportunidad al rey de fortificar algunas ciudades y apartar otras como ciudades de aprovisionamiento; asimismo, su ejército creció hasta llegar a tener 1160 000 (vers. 12-18). En general, en los días de Josafat, el reino se ganó el respeto de las demás naciones al punto que la Biblia expresa: «Todos los reinos de los países que rodeaban a Judá sentían tal miedo al Señor que no se atrevían a pelear contra Josafat» (vers. 10). Más bien, lo reconocían, pues de diferentes partes acudían a Judá para traer presentes al rey: «Algunos de los filisteos traían regalos y plata como tributo a Josafat, y los árabes le llevaron siete mil setecientos carneros e igual cantidad de chivos» (vers. 11).
Además, el rey estableció jueces para que administraran la justicia desde Beerseba hasta Efraín. El rey los condujo a buscar y depender de Dios para su especial obra. El rey les dejó en claro cuál era su función: «Fíjense bien en lo que hacen, porque no van a juzgar en nombre de los hombres, sino del Señor, que estará con ustedes cuando den el fallo» (19: 6). Sin duda, los veinticinco años del reinado de Josafat fueron prósperos, pues dependió de Dios y eso lo reconocieron las naciones vecinas.

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SIGUIENDO LAS HUELLAS
Devoción Matutina Para Menores 2023
Narrado por: Linda Rumrrill
Desde: Gran Canaria, España
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