24 DE DICIEMBRE
UN MEJOR PORVENIR

No tengas envidia de los pecadores; antes bien, honra siempre al Señor; entonces tendrás un buen fin y tu esperanza jamás será destruida (Proverbios 23: 17-18).
Muchos leen Proverbios como si fueran promesas, cuando en realidad son máximas. Es decir, puedes ser diligente, trabajador y aprovechar bien el tiempo y no por eso vas a ser rico, en cambio, vas a vivir dependiendo de un ingreso diario; podría ser cortésmente a una agresión, y no en todos los casos se disipará la de la otra persona; asimismo, alguien puede cuidar su salud, evitar sustancias dañinas que a la postre destruyen el cuerpo y la mente, pero eso no te garantiza una larga vida. ¿Por qué? Porque mientras vivamos en este mundo infectado por el pecado, la maldad alcanza aún a los que han decidido vivir sabiamente.
El propio Salomón no entendía esta realidad, por lo cual, en Eclesiastés expresa su sentir: «Así se da en este mundo el caso sin sentido de hombres buenos que sufren como si fueran malos, y de hombres malos que gozan como si fueran buenos. ¡Yo digo que tampoco esto tiene sentido!» (8: 14). Ante esta realidad, es posible que te sientas tentado a pensar que de nada sirve honrar al Señor, incluso, que llegues a sentir «envidia de los pecadores».
El Salmo 73 nos presenta a Asaf, un sacerdote de Jerusalén. Asaf tenía la idea de que una estricta obediencia a los mandamientos daría como resultado bienestar y prosperidad; por otra parte, pensaba que la desobediencia, resultaría automáticamente en malestar y enfermedad. En su mente tenía un concepto equivocado: llevaba una vida recta y justa, obedecía los mandamientos, todos los días estaba en el santuario, entonces llegó a pensar que todo debía ir bien en su vida. Se olvidó que aún estaba en la tierra y no en el cielo. Así que el día que enfermo, dijo: «Mis pies casi resbalaron, Pues tuve envidia al ver cómo prosperan los orgullosos y malvados […] Yo estuve lleno de amargura y en mi corazón sentía dolor» (vers. 2-3, 21).
Su experiencia cambió cuando acudió al templo no como oficiante sino como adorador. A pesar de que entró ahí lleno de dudas, salió con gozo. Confirmó su confianza en Dios cuando reconoció el gran plan de Dios para la humanidad, plan que no se limita a este mundo ni a un periodo de años a los que nos referimos como vida, sino cuando tuvo conciencia del destino eterno de cada persona con base en el pacto establecido con Dios.

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SIGUIENDO LAS HUELLAS
Devoción Matutina Para Menores 2023
Narrado por: Linda Rumrrill
Desde: Gran Canaria, España
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