27 DE ENERO
ABRAHAM Y SARA
«La alianza que hago contigo, y que haré con todos tus descendientes en el futuro, es que yo seré siempre tu Dios y el Dios de ellos» (Génesis 17: 7).
Todos los nombres tienen un significado y transmiten ciertas características de quienes los poseen. A partir de ahora, dejamos atrás a Abram y Saraí para conocerlos como Abraham y Sara. Dios quería reiterarles, por improbable que fuera, la certeza de su paternidad. En realidad, la connotación de sus nuevos nombres les recordaría el propósito primordial de porqué Dios los había llamado hacía ya veinticuatro años. Cada vez que escucharan sus nombres, vendría a sus mentes el gran plan de Dios para sus descendientes. Por lo tanto, mientras que Abram significa «padre exaltado», Abraham quiere decir «padre de muchedumbres». Te imaginas a Abram convocando a sus más de trescientos siervos para informarles que ya no deben llamarlo Abram, sino que desde ese día deben llamarlo Abraham. Su nombre parecía una burla a su condición. ¿Acaso un anciano de noventa y nueve años como él podría convertirse en padre de muchedumbres, cuando solo tenía un hijo? El hijo era Ismael y no era el hijo de la promesa.
Por otra parte, visualiza la escena de Saraí dirigiéndose a Agar para que ya no la llame así, sino Sara que significa «princesa». No creo que a Agar le agradara llamarla así después de haber sido maltratada. Más bien, Agar pudo burlarse de ella una vez más, pues era una mujer de ochenta y nueve años y sin hijos.
Lo importante es que Dios les concedió un nuevo nombre por dos razones: primero, significaba una nueva oportunidad y un nuevo comienzo para ambos. A pesar de sus errores, sus dudas y de cómo habían tratado de ayudarle a Dios, el Señor les reiteró el pacto. Su nuevo nombre implicaba la disposición divina de mantenerse fiel al pacto y a la promesa original. En segundo lugar, sus nuevos nombres serían un recordativo permanente de que el plan de Dios era único, la nación que se establecería a través de sus descendientes sería especial y el Rey esperado sería inigualable.
Si te has equivocado en el pasado, Dios no te abandona; más bien te da una nueva oportunidad, siempre está dispuesto a establecer un nuevo pacto contigo, porque es misericordioso y grande es su fidelidad. Te reitera que ostentas el nombre de cristiano, el cual te vincula con el nombre que es sobre todo nombre: Jesucristo.
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SIGUIENDO LAS HUELLAS
Devoción Matutina Para Menores 2023
Narrado por: Linda Rumrrill
Desde: Gran Canaria, España
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