28 DE DICIEMBRE
EL BAUTISMO DE JESÚS
Aquí está mi siervo, a quien sostengo, mi elegido, en quien me deleito. He puesto en él mi espíritu para que traiga la justicia a todas las naciones (Isaías 42: 1).
Jesús recibió el Espíritu Santo de manera visible en ocasión de su bautismo. Así, tuvo el sello divino para la gran misión por emprender y que se prolongaría durante tres años y medio. Jesús se bautizó para identificarse con nosotros y como evidencia pública de que él era el ungido de Dios. A diferencia, nosotros nos bautizamos en señal de arrepentimiento de nuestros actos erróneos y para empezar una nueva vida caracterizada por tener presente a Dios.
En ocasión de su bautismo, se escuchó la voz del cielo que dijo: «Este es mi hijo amado…». Jesús triunfó por la estrecha relación que tuvo con su Padre celestial. Es nuestro privilegio también disfrutar ese tipo de relación. Entonces la voz del cielo agregó: «… A quien he elegido» (Mateo 3: 17). Este par de frases se pronuncian de nuevo cuando alguien se bautiza y constituyen el mayor estímulo para vivir con la certeza de la salvación.
Lo mismo que escuchó Jesús lo puedes experimentar. Si aún no te has bautizado, no dejes pasar más el tiempo y hazlo cuanto antes. ¡Eres elegido de Dios para vida eterna!
El impulso a bautizarte debe ser tu amor a Dios. El requisito para ser hijo de Dios es creer en Jesús (Juan 1: 12). Tal vez te preguntes, ¿cómo puedo ser hijo de Dios si me equivoco? La gran noticia es que para Dios no hay casos imposibles. Juan el Bautista afirmó: «Les aseguro que incluso a estas piedras Dios puede convertirlas en descendientes de Abraham» (Mateo 3:9). Es decir, aun aquellas vidas caracterizadas por ser como piedras, indiferentes y endurecidas, Dios puede efectuar el milagro de la conversión. El apóstol Pedro era una piedra, (eso significa su nombre), era impulsivo y malhablado, pero llegó a ser un hijo de Abraham porque tuvo fe en Dios como el patriarca.
El bautismo genuino significa que el agua es solo un símbolo de la gran verdad que has aceptado en tu mente; quieres ser bautizado por Dios y no por un hombre; en el Espíritu y no solo en agua; para ser ciudadano del reino de los cielos y no solo miembro de una iglesia; para llevar el nombre de cristiano y no el de una denominación. En consecuencia, llevarás una vida fructífera, que es la mejor manera de producir una sonrisa en el rostro de tu Padre celestial.
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SIGUIENDO LAS HUELLAS
Devoción Matutina Para Menores 2023
Narrado por: Linda Rumrrill
Desde: Gran Canaria, España
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