29 DE AGOSTO
GIEZI
«Entonces él y todos sus acompañantes fueron a ver a Eliseo. Al llegar ante él, Naamán le dijo: “¡Ahora estoy convencido de que en toda la tierra no hay Dios, sino solo en Israel! Por lo tanto, te ruego que aceptes un regalo de este servidor tuyo”» (2 Reyes 5:15).
De acuerdo a Naamán, pensaba que tendría que pagar mucho dinero para obtener su salud, por eso salió de su casa con diez talentos de plata, seis mil piezas de oro y diez mudas de ropa (vers. 5). Después de obtener la salud, Naamán regresó a buscar a Eliseo para agradecerle, para hacer una declaración de fe en el Dios verdadero, tal como lo indica el versículo de hoy, además agregó: «Este servidor tuyo no volverá a ofrecer holocaustos ni sacrificios a otros dioses, sino al Señor» (vers. 17). Asimismo, regresó con la intención de que Eliseo aceptara todos los bienes que traía desde su casa. Categóricamente Eliseo los rechazó. ¿Por qué? Porque el milagro a favor de Naamán fue por gracia y representa cómo Dios nos concede la vida eterna. Si Eliseo hubiera aceptado el regalo, el simbolismo se hubiera roto.
Pero Giezi no pensaba igual, él vio una excelente oportunidad de enriquecerse. Para lograr su propósito, se animó en «el nombre de Dios» (vers. 20). Corrió con toda su fuerza casi dos kilómetros hasta alcanzar a Naamán y cuando este descendió del carruaje para atenderlo, Giezi mintió, inventó una historia e involucró a Eliseo como quien lo había enviado (vers. 22). Te das cuenta cómo el pecado de la codicia, la transgresión del décimo mandamiento, desencadenó el quebrantamiento de otros mandamientos como el tercero y el noveno. Aunque el décimo mandamiento, «no codiciarás», tiene que ver con la mente, los pensamientos y los deseos, al final repercute en la transgresión de muchos más.
Si bien Giezi pensó que nadie sabía sus verdaderas intenciones, se olvidó que a Dios nada se le puede ocultar: «Nada de lo que Dios ha creado puede esconderse de él; todo está claramente expuesto ante aquel a quien tenemos que rendir cuentas» (Hebreos 4:13). Las consecuencias para Giezi fueron desastrosas, ahora él contrajo la lepra. Aunque el dinero y las posesiones no son el problema, nuestra actitud hacia ellas si puede causarnos problemas. Alguien detestable a los ojos de Dios es quien está dispuesto a mentir, defraudar o usar su nombre para conseguir dinero.

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SIGUIENDO LAS HUELLAS
Devoción Matutina Para Menores 2023
Narrado por: Linda Rumrrill
Desde: Gran Canaria, España
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