DÍA 29 DE JULIO
EL AMOR NO SE DA POR VENCIDO

Yo aborrezco el divorcio –dice el Señor, Dios de Israel– […]. Así que cuídense en su espíritu, y no sean traicioneros. Malaquías 2:16, NVI

Dios detesta el divorcio. Los que conocen de primera mano su dolor lacerante y han clamado a Él por misericordia y perdón, comprenden por qué. El daño de obrar «deslealmente» contra tu esposa o esposo (Malaquías 2:14), o ser abandonado por un cónyuge que decide no amarte, deja un tremendo agujero en tu vida.

Los culpables de causar o contribuir a un divorcio han sentido la distancia que Dios permite que se genere entre nosotros y Él cuando rechazamos lo que estableció y buscamos satisfacer nuestras propias exigencias.

Si tu matrimonio está en crisis y, en el fondo, todavía consideras el divorcio, recuerda que Jesús dijo que este sólo existe debido a nuestros corazones endurecidos: «No ha sido así desde el principio» (Mateo 19:8). Aunque la Biblia lo permite luego del adulterio, ¿no deberíamos detestar lo que Él detesta? Dios anhela la reconciliación y la resurrección.

Aun después de un amorío –por más heroico e imposible que parezca–, Dios puede transformar tu matrimonio en un trofeo de perdón y gracia. Su amor es conquistador y victorioso. Nunca se da por vencido. El nuestro tiene que ajustarse a los mismos principios.

PROFUNDIZA
Lee lo que Dios piensa sobre el divorcio y sus consecuencias, en Malaquías 2:13-16. ¿Cómo afecta el divorcio en nuestra adoración, nuestras vidas y nuestros hijos? ¿De qué manera es engañoso? ¿Tus conclusiones coinciden con las de Dios?

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NUESTRO AMOR, UN REGALO DE DIOS
DEVOCION MATUTINA PARA PAREJAS ENAMORADAS
Narrado por: Lorena Perez
Desde: Colombia
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